1. Ardor en el extranjero


    Fecha: 27/10/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lejos veía como unos cuatro chicos estaban jugando al básquet y otro estaba sentado en una especie de esterilla junto con Noelia que al verme me hizo una señal.
    
    Me acerqué un poquito tímida a aquella esterilla y sin más dilación me senté en medio de los dos, saludándoles. Comenzó el típico cuestionario de cuando conoces a alguien “¿De dónde eres?” “¿Que estás estudiando?” “¿Enserio? ¡Que guay!”. Al poco rato se acercó el resto y ahí fue, cuando sin saberlo en aquel momento, unos ojos me harían perder la cabeza.
    
    Los tíos parecían los típicos golfillos que intentaban impresionar a toda hembra. Nada interesante. Entre ellos, había otro más sencillo a simple vista y más calladito. Aprovechando una partida de básquet me acerque y hable con él.
    
    - Hola, ¿tu nombre era…?
    
    - Samuel, y tu… Marta ¿verdad?
    
    - ¡Acertaste!
    
    - Bueno y… ¿qué te trajo por aquí, te está gustando?
    
    - Necesitaba cambiar un poco mi forma de vida y parece que si, después de varios meses puedo decir que elegí bien el lugar.
    
    - Guay, esta noche vamos a ir de fiesta, ¿querrías venir? Noelia se apuntará seguro.
    
    - Sí, claro. -Como desperdiciar tal oportunidad- Hablaré con ella.
    
    La noche llegó, iba en el bus de camino al club, aunque quedé con Noelia unas calles antes. Cuando bajé ahí estaba, con un escote imposible de esquivar y unos pantalones bien apretaditos. Al parecer se quería tirar a unos de los chulitos del básquet. Yo en cambio, siempre he sido más sencilla. Era una chavala que no ...
    ... llamaba la atención, estatura media, castaña, ojos marrones y eso sí unas buenas curvas, pero controladas. Unos vaqueros y cualquier camiseta dos tallas más grande que la mía solía ser mi atuendo normal, pero esa noche, unos pantis negros acompañados de una falda roja que empezaba debajo del pecho y terminaba a unos dos centímetros debajo del culo me definían. También opté por un top negro que permitía que se me vieran unos centímetros de carne. La falda privaba del resto.
    
    Al entrar en aquel lugar mis ojos solo buscaban a una persona. Pero ella me encontró a mí. “¡Hey! Estáis aquí, venid que estamos todos.” La noche no transcurrió de la forma que yo esperaba. Uno de ellos no paró de darme la brasa “Ven, que te enseño a bailar nuestra música” y entre baile y baile hacia el intento de bajar su manita al culo, cosa en la que fracasó. Mientras tanto el querido Samuel, ni se me acercó. Ya por el final de la noche, decidí hacerlo yo, ya que le vi solo en los sofás.
    
    -Hola, ¿qué haces aquí?
    
    -Estoy cansado
    
    -¿No quieres bailar?
    
    -Pensé que estabas con Miki
    
    -Que va, solo intentaba quitármele de encima. –Hizo una mueca-
    
    A los pocos minutos, Noelia apareció con los labios corridos de la mano de su conquista proponiendo irnos los cuatro al súper apartamento de Samuel a ver las vistas. No seáis mal pensados, es lo que hicimos. Al llegar, subimos a la azotea y apreciamos el barrio pijo donde nos encontrábamos. Al parecer Samuel venía de una familia bastante adinerada. Bajamos ...