1. Descubrimiento


    Fecha: 22/10/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... como un gas venenoso y dulce, una droga dulce. Su cabello rozaba contra mi torso desnudo mientras acercaba su cara a la mía. “Te haré sentir muy bien”, me susurró al oído. El control recaía completamente sobre ella y no tenía la menor intención de cambiar eso.
    
    Otro pequeño beso y luego vi perderse su rostro calle abajo. Su lengua extendida lamía mi pecho y mi abdomen mientras ella alzaba la vista tratando de encontrar mis ojos, seres extraños perdidos en la luna.
    
    - Déjame ver que hay aquí…
    
    Mi verga erecta como un asta se vio al fin libre luego de que ella me quitase los interiores. Estaba completamente dura y palpitante, ansiosa de probar el cuerpo de aquella mujer.
    
    - Vaya…
    
    - ¿Te gusta?
    
    - Me encanta.
    
    Una mano tomó el tronco de mi miembro y empezó a pajearme mientras con la otra buscaba el condón que estaba en la cama. Melanie estaba deleitada por el placer que sabía me estaba otorgando. El poder puede ser a veces el afrodisiaco más poderoso en existencia.
    
    Agarró por fin el condón y me lo enseñó antes de tratar de abrirlo.
    
    - ¿Me la chuparás con el forro puesto? – traté de sonar lo más decepcionado que podía, algo casi imposible.
    
    - Son las reglas, bebé. En otro lugar lo haría sin esto, pero…
    
    - No soy exactamente tu cliente, Nancy – dije su nombre en el tono más grave que pude darle. Quería ver hasta dónde podía ceder.
    
    - Sabes que podría hacer que te echasen a la calle, ¿verdad?
    
    Me levanté y le di un beso de verdad, no un simple pico. Mis ...
    ... manos saborearon su cintura y sus nalgas y todo su cuerpo desnudo estaba en contacto con el mío, pero lo que le daba fuerza a mis intenciones era el beso: delicado y violento a la vez, tratando de convencerla a través del movimiento de mis labios y mi lengua, de hacerle recordar el pasado una vez más.
    
    - Vamos, Nancy. Házmelo
    
    Asintió. Sus ojos brillaban. Lo había logrado.
    
    Mi verga enhiesta fue devorada como nunca lo había sido en mi vida. Melanie se la metía hasta el fondo de la garganta, probando cada centímetro mientras me magreaba los huevos con su mano izquierda. Con la derecha acariciaba mi abdomen o me pajeaba cuando se la sacaba de la boca para dar suaves mordiscos a mi glande hinchado como una gran fresa.
    
    - Que delicia, papi – me dijo, para luego volver a engullirla en su totalidad.
    
    - Eres increíble.
    
    Empecé a cogerme su boca. Primero despacio, luego más fuerte y rápido. Ella no parecía tener límites, pues cada vez que se la sacaba para tomar un respiro solo atinaba a decir “más…” mientras posaba sus ojos rojos y llorosos en los míos. “Más, Manu, más”. Jamás había hecho algo así, ni siquiera en todos los años de relación que había tenido, ni con ninguna otra puta que me hubiese cogido. ¿Era esta chica simplemente otra puta más? Quizás los sentimientos que había tenido por mi eran los que propiciaban su liberación. Quizás.
    
    - Ah… – suspiró al tenerla fuera de la boca. Un hilo de líquido se dibujaba en su cara. Mi verga estaba completamente humedecida ...
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