1. ¡Vámonos de putas!


    Fecha: 21/10/2021, Categorías: Voyerismo Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... con un aire de suficiencia.
    
    Desnudos, continuamos tomando y platicando en el sofá. Cada uno en una orilla, acariciándonos con los pies y besándonoslos uno al otro, como dos enamorados. No sé cómo me vería ella, pero yo, más borracho y arrecho en cada momento, veía a Stella y la recordaba contándome de sus continuas putadas cuando ella regresaba cogida a nuestra casa…
    
    –¿Puedo pasar a tu baño? –me preguntó tomando su bolso.
    
    –Por acá, señalé el pasillo rumbo a la recámara principal –Veía cómo se movía el negro pelo largo al ritmo de su andar elegante de modelo. “Qué hermosa es Stella”, me decía.
    
    Prendí la luz de la recámara y le abrí la puerta del baño. Cuando Tere cerró la puerta, volví a ver que se movió la cortina en la ventana de mi vecina. Modelé un poco para que viera mi verga bien parada, de frente y de perfil, además de mis nalgas, antes de ponerme a quitar la colcha a la cama. Fui por la botella de coñac y las copas que se habían quedado en la sala. Justo cuando las había puesto sobre la cómoda, salió Tere del baño.
    
    –¿Tienes condones o saco unos? –dijo abriendo la bolsa.
    
    –¿Tú me recomiendas que lo use contigo? –pregunté, verificando con la mirada que mi vecina seguía atenta.
    
    –Con todos lo uso, hasta con mi exmarido cuando nos volvemos a ver, pero contigo puedo hacer la excepción en esto y muchas más cosas… –contesto irradiándome con una sonrisa y mirada que dejaban claro que estaba enamorada.
    
    –¿También dejar de ser puta? –pregunté con brutalidad, ...
    ... pero dejándole ver que yo también sentía por ella más que deseo.
    
    Se turbó claramente ante mi pregunta y ante su silencio le mamé las chiches mirando de reojo que mi vecina había abierto más la cortina, seguramente para dejar sus manos libres y masturbarse al amparo de la oscuridad de su cuarto.
    
    –No creo que aguantaría ni un año –me dijo con tristeza, acariciándome el pelo mientras la chupaba.
    
    –Sin condón –le dije bajándome a chuparle la vagina y seguramente saliéndome del campo de visión de mi voyeur.
    
    Al ponerme de pie vi con claridad el rostro de mi vecina, quien se había acercado al mosquitero de su ventana para ver mejor, y capté su cara de sorpresa al verse descubierta. Sólo le sonreí y Tere se dio cuenta pues volteó hacia la ventana.
    
    –¿Te gusta dar “cinito”? –le pregunté.
    
    –Me da igual –contestó besándome el pecho y bajó poco a poco, beso a beso, para hacerme una felación.
    
    Al echar la cabeza para atrás para disfrutar la boca, tan experta como la de Stella, vi que mi vecina no se había ocultado y su cara mostraba un gesto de estar en el clímax de su masturbación.
    
    Nos acostamos a coger y darle la función completa a la vecina. Al día siguiente, después del tardío mañanero, nos bañamos y al salir de la ducha le dimos otro show a nuestra vecina, quien miró, ya sin ningún recato, cómo me cogí cargada a Tere. Nos vestimos y al salir del edificio, Tere le hizo un ademán de despedida a la vecina, quien lo correspondió con otro igual y una sonrisa. Fuimos a ...