1. ¡Vámonos de putas!


    Fecha: 21/10/2021, Categorías: Voyerismo Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... parece raro en…–le estaba empezando a decir extendiéndole la copa cuando me interrumpió abruptamente.
    
    –…en las putas. No, no lo es, hay de todo tipo. En el bar a donde fuiste, casi todas tenemos algunos años de bachillerato. Yo hice dos años de licenciatura en lengua y literaturas hispánicas, pero me embaracé y tuve que dejarla.
    
    –Así que tienes hijos… –dije al sentarme, haciendo un gesto para que evidentemente continuara hablándome de ello.
    
    –No, al embarazarme tuve que casarme, perdí al producto por una complicación que me dejó sin la posibilidad de concebir otro –me dijo poniéndose seria, y continuó sin detenerse–. Al poco tiempo me divorcié y quise vivir sola, pues me gustaba mucho coger con quien yo quisiera, eso fue la causa del divorcio, que yo era muy puta y mi marido no toleraba que lo relegara.
    
    Volví a repetirme “¡Hasta en esto se parece a Stella!” y le di un beso tierno recordándola en ese rostro y me aguanté de gritarle “¡Perdóname, Nena puta!”. Después del beso que ella correspondió con un “Qué rico, y no me refiero al coñac, que también lo está”, continuó su discurso, seguramente remembrando esa parte de su vida que quería conversar con alguien. Me enteré que se enamoraba fácilmente, pero eso no impedía que se tirara a otros, sólo por gusto y más cosas que la transformaban en mi ex ante mis ojos. También me contó que una amiga de la facultad, que es prostituta, la convenció de serlo y le dio buenos consejos para ello, además de relaciones en el ...
    ... oficio.
    
    –No me va mal y voy a retomar mis estudios. ¡Me entraron unas ganas enormes cuando vi tus libros! Dijo y me abrazó con mucha alegría.
    
    –¡Eso estaría muy bien! –contesté sin dejar de abrazarla y acariciarla bajo la blusa.
    
    –¡Cabrón, ya me calentaste! dijo dándome un beso en el que nuestras lenguas jugaron.
    
    –Pues cuando tú digas, tenemos toda la noche para disfrutarnos, nena.
    
    –Sírveme otra copa, mientras me encuero –ordenó sin más, levantándose para quitarse la blusa.
    
    –Te sirvo las que quieras, Tere, aunque te me duermas de borracha –dije alucinado cuando se quitó el brasier–, pero no te quejes si te cojo cuando estés dormida porque ¡estás muy rica! –exclamé antes de ponerme a mamar una chiche.
    
    Me dio a mamar la otra y se desabrochó la falda para bajársela junto con las pantaletas cuidando de que mi boca no se separara de su pecho. Subió el aroma que surgía de su coño… “¡Es Stella!” me dije, soltándola de las chiches, y vi su triángulo peludo como el de mi ex, me agaché y le besé la concha.
    
    –Encuérate también, y platícame de ti, porque este día lo habré de escribir en mis memorias: “La noche en que decidí continuar mi carrera académica” –dijo haciendo un ademán de ver el letrero de un anuncio espectacular.
    
    –“Sin dejar el oficio de puta” –concluí, imitando su ademán.
    
    –Eso sí, si no de qué me mantengo. Quiero seguir siendo independiente. Y si tuviera dinero, seguiría siendo puta, aunque no les cobrara, pero eligiendo a quién me llevo a la cama –remató ...