1. ¡Vámonos de putas!


    Fecha: 21/10/2021, Categorías: Voyerismo Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... –me advirtieron.
    
    –No parece ser de ésas, además de que está muy tomada –les contesté y vi que Tere se aproximaba.
    
    –¿Algún lugar especial donde te gustaría estar conmigo? –le pregunté para sondear sus intenciones.
    
    –Yo atiendo a los clientes en el hotel que está a la vuelta, pero vamos a donde tú digas papito… –contestó con su voz ya pastosa.
    
    Salimos, fui por mi auto. Le abrí la puerta para que subiera y antes de que yo cerrara la puerta, su bajó pudorosamente la falda y me lanzó una sonrisa y un beso al aire. “¡Cómo se parece a mi ex!”, me dije y se me paró la verga.
    
    Sin pensarlo mucho, me la llevé a mi departamento. Al bajar del auto y caminar a la entrada del edificio, los tacones de Tere resonaban en el silencio de la noche. Justo al abrir la entrada del edificio vi que se abrió un poco la cortina del departamento que está en el primer piso. Estoy seguro que era la vecina y no su marido, ya que he sido sorprendido por las miradas de ella viendo hacia mi recámara, que está en la planta baja, cuando me masturbo viendo porno, o cuando cojo con la señora que va a hacer el aseo. Esta vez también dejé la ventana corrida y con la luz de la lámpara de buró para que no se perdiera detalles, soy exhibicionista y ella voyeur, hacemos buena pareja.
    
    Ya en el departamento, cerré la puerta y le quité el abrigo a Tere para colgarlo después en el perchero. Tere se quedó de pie viendo el panorama: libreros y libros por todas partes. Sin cerrar la boca por el asombro se ...
    ... acercó a leer los títulos de los lomos. Se saltó los técnicos de mi profesión y se detuvo en un librero donde estaban los de literatura. Extrajo uno de ellos y lo empezó a hojear. No puedo negar que sentí ternura cuando bajó la vista y localizó un volumen que le llamó la atención; de inmediato colocó en su lugar el que traía en la mano y se puso de cuclillas para extraer un libro de Bataille. “¡Cómo se parece a mi ex!”, volví a repetirme viendo el escote que mostraba buena parte de sus chiches recargadas sobre las rodillas filosas que continuaban en sinuosas, pero delgadas pantorrillas.
    
    –¿Qué quieres tomar? –le pregunté, interrumpiéndola de su asombro.
    
    –Discúlpame por haberme embobado al ver tantos libros –dijo dejando en su lugar el que le había llamado la atención y me extendió la mano para ayudar a levantarse–. Creo que sí tomé mucho, pues estoy mareada, pero se me bajó bastante al ver todo esto– dijo abarcando con un movimiento de brazo la zona de los libreros de literatura y diccionarios.
    
    –Tengo de todo tipo de bebidas, hasta leche… –le dije esto último en tono lascivo.
    
    –No acostumbro tomarla con los clientes, pero sí me gusta y haré una excepción contigo. Dame brandy o coñac, solo –contestó haciéndome ver que había entendido mi comentario, al subrayar “sí me gusta y haré una excepción contigo” con el mismo tono de lascivia que el mío.
    
    Con un gesto, la invité a sentarse, antes de irme hacia la pequeña cantina de la sala.
    
    –Por lo visto te gusta leer, me ...
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