1. Fin de semana en londres


    Fecha: 03/10/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Nos encontramos en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, ella venía de Valencia y yo de Santiago de Compostela, íbamos a coger un vuelo a Londres, donde pensábamos pasar el fin de semana. Tanto ella cómo yo llevábamos una pequeña maleta con ruedas. Ella vestía un vestido verde que le daba por encima de las rodillas y calzaba unos zapatos marrones, yo llevaba puesto un traje gris con rayas negras, una camisa blanca, una corbata gris y calzaba unos zapatos marrones. Al verla quedé gratamente sorprendido, en fotos y por video conferencia era guapa, pero en persona era preciosa. Fui a su encuentro, le di un beso en la mejilla, y le dije:
    
    -Pensé que no vendrías.
    
    -Yo pensaba que el que no vendrías eras tú.
    
    Me voy a saltar el viaje en avión, más que nada porque no me gusta volar, y los recuerdos de mis vuelos nunca son gratos, aunque por un beso de Ariana volaría hasta el fin del mundo.
    
    Eran las ocho de la tarde cuando llegamos a la habitación del Tower Hotel de Londres, que estaba ubicado al lado del Tower Bridge. No era gran cosa, tenía una cama de matrimonio cubierta con una colcha blanca con una franja de color vino tinto a los pies, dos almohadas blancas y dos cojines del color de la franja, un mueble enfrente con una tele de plasma, una mesa, un sillón, una silla, teléfono, un aseo, una ventana con dos cortinas y poco más.
    
    Posamos las maletas, y le dije:
    
    -Sabes. Eres aún más bonita en persona.
    
    Bromeó.
    
    -Y tú aún más feo.
    
    -No digas eso, ya estoy ...
    ... nervioso...
    
    Se me acercó, y mimosita, me dio un beso, me mostró su sonrisa más dulce, y me dijo:
    
    -¿De verdad que te pongo nervioso?
    
    -Mucho, es qué eres tan, tan, tan, tan...
    
    Sin dejar de sonreír, me interrumpió.
    
    -Sí qué estás nervioso, sí. No entiendo cómo una mujer cómo yo puedo poner nervioso a un hombre tan experimentado cómo tú. Pensé que la que se iba a poner neviosa iba a ser yo. Habrá que hacer algo para quitarte esos nervios.
    
    Abriendo el nudo de mi corbata, le dije:
    
    -Soñé con este momento mucho tiempo. Nunca pensé tener a mi alcance a una mujer tan hermosa.
    
    Me quitó la corbata y la echó encima del sillón.
    
    -Eres un adulador.
    
    -Lo que soy es un privilegiado -quité la chaqueta-. Es muy extraño que una mujer enamorada comparta un poquito de su cariño con un hombre cómo yo.
    
    Comenzó a desabotonar mi camisa.
    
    -¿Por qué piensas que estoy enamorada?
    
    -Es de suponer. ¿No crees?
    
    -Si, creo que estoy enamorada de mi novio. Nunca había sentido nada así por nadie. Me gusta cuidar de él y apartalo de la gente que le pueda hacer daño, creo que eso es estar enamorada.
    
    -Te diría que me alegra oír eso, pero... Mejor no lo digo.
    
    Me quitó la camisa, y me dijo:
    
    -Dilo.
    
    -Te lo diré, me jode.
    
    -¿Qué te jode?
    
    -Que estés enamorada de él.
    
    Me quitó los zapatos, los calcetines y los pantalones, mientras decía:
    
    -Lo entiendo. Me gustaría decirte a ti lo mismo, pero a ti solo te quiero y te deseo.
    
    -Jode, pero dime siempre la verdad. Entre ...
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