1. Autobiografía sexual (Parte 12): Violada (entre comillas)


    Fecha: 30/09/2021, Categorías: Confesiones Autor: LorePadilla, Fuente: CuentoRelatos

    ... llevamos viviendo casi un año aquí en San Juan del Río pero somos indocumentados.
    
    Entendí que el ministerio público tramaba un acto de corrupción y me comprometí con ellos a ayudarles a salir de esa situación con mis colegas del despacho.
    
    Antes que nada, me dirigí al sanitario, donde me enteré que no traía ropa interior. Claro que me parecía familiar el lugar porque ya había estado ahí, el único detalle que se me estaba olvidando era Ricardo, el guardia del separo con el que cogí aquella vez que me encarcelaron. Y hablando del rey de Roma, el tipo abrió la puerta del baño donde estaba haciendo mis necesidades y se encerró conmigo.
    
    —¡Regresaste a casa, putita! —habló en voz baja por el eco que se producía.
    
    —¡Ahora no, cabrón! —respondí enfadada.
    
    —¿Cómo que ahora no? Así como estás luce perfecto.
    
    Ricardo me tomó de las piernas y me jaló de forma que mi trasero desnudo tocara su entrepierna y dejándome acostada sobre la taza del baño, mojándose mi cabello con el agua del retrete.
    
    —Mira no más cómo te dejaron la cara —dijo mientras se bajaba la bragueta—. ¿Por qué no me invitaste a la sesión de sexo hardcore?
    
    —¡Espera, espera! —alcé la voz, a lo cual me apretó el cuello con una de sus manos.
    
    —¡Cállate! Estamos encerrados pero si gritas sí se escucha afuera. ¡¿Qué quieres?!
    
    —Mira, vamos a coger, pero a cambio quiero que liberes a mis amigos que están en el separo.
    
    —¿Los guatemaltecos? —preguntó riéndose—. Se necesita mucho más que solo coger ...
    ... contigo
    
    —Entonces gritaré —dije enojada y decidida por lo ofensivo que resultó ser eso para mí.
    
    —¡No! Está bien, tú ganas —dijo algo nervioso y, como queriendo que no se le escapara la oportunidad, me metió su pene en la concha y comenzó a cogerme con algo de prisa—. ¿Y qué haces aquí?
    
    —Ay, ¿pues qué? ¿no ves? Me golpearon.
    
    —Pensé que viniste por otra dosis de buen sexo con tu papi Ricardo, o sea yo. Te fuiste sin despedirte aquella vez.
    
    Mis gemidos no eran fingidos, en realidad me estaba gustando cómo me daba, no duro pero sí aceleradamente.
    
    —¡Ay, papi me estoy viniendo! ¡Ahhhh!
    
    Estaba jadeando de lo pronto que me vino el orgasmo. Luego de eso, me pidió que me sentara en sus piernas dándole la espalda y así lo hice, introduciéndome su pija y comenzando a brincar, pero él me alzó la falda y notó algo raro.
    
    —¿Por qué tienes sangre seca en la cola?
    
    —Porque tuve sexo anal rudo.
    
    —¿Con quién?
    
    —¿Eso importa?
    
    —Sí, me importa.
    
    —Con un desconocido.
    
    —Tienes un nivel de puta muy interesante. ¿Puedo probar metértela por el culo?
    
    —Me duele todavía. Tú dices, porque puede que grite.
    
    —Mejor otro día.
    
    Mientras le seguía dando sentones sacó su teléfono de su bolsillo y me pidió que le dictara mi número de teléfono. Segundos después, me pidió que me arrodillara y se masturbó en mi cara para correrse en mi boca, tragándome toda su rica leche.
    
    Después, me dio la indicación de que no saliera del baño hasta que viniera por mí, así que tuve que ...