1. El señor de 53 años


    Fecha: 29/09/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Lo conocí por medio de las redes sociales, a principio me aprecio un fisgón más que se metía a ver mis fotos y masturbarse contemplándolas, pero me demostró ser un tipo diferente, ¡un verdadero conquistador!
    
    ¡Soy Lety y les quiero contar la rica experiencia que tuve con Mario, un hombre de 53 años que la verdad me sorprendió mucho!
    
    Una vez ganada mi confianza él se permitió mandarme arreglos florales, peluches y detalles como aretes, collares y pulseras, todo lo enviaba a mi trabajo, en la empresa creían que era mi marido y yo no los desmentía, era nueva en ese lugar y quería obtener el rango de jefa, por eso quería llevar todo en bajo perfil.
    
    Mario era casado, su mujer era guapa pero su vida sexual ya era rutinaria, tenía dos hijas y un hijo, de 27, 23 y 19 años respectivamente, el tipo podía ser mi papa sin problema alguno. Era un tipo de dinero ya que tenía locales en el centro, además de un salón de fiestas y un restaurant en una zona exclusiva de la ciudad, en los chats que teníamos me contaba lo tormentoso que era su vida, peleas y decepciones, me decía que su esposa algún tiempo fue un huracán sexual y hoy solo quería estar en el Facebook o en Netflix, me mostraba fotos de él, él era blanco, de barba canosa y pelo cano, se me hacía muy atractivo, me mando algunas fotos mientras estaba en la playa y se mantenía conservado, brazos grandes espalda ancha, un verdadero sugar daddy para cualquier adolecente empedernida!
    
    Durante unos meses insistió en conocerme, ...
    ... yo ponía trabas, pero poco a poco me convenció, no sé si por su dinero, por su físico o por sus detalles, solo acepte ir con él a cenar.
    
    Quería sorprenderlo, así que me vestí muy sensual, me puse un vestido entalladísimo color azul, que me cubría solo la mitad del muslo, además del escote pronunciado y tacones de 5 cm. Le dije a Luis que iría una cena del trabajo y él me dijo que estaba bien que cuidaría de los niños y es que, aunque podía decirle con tranquilidad que saldría con otro, quería tenerlo en secreto por alguna razón, este hombre me hacía sentir cosquillas, la verdad presentía que pasaría algo más que la cena.
    
    Tomé un taxi y me dirigí hacia paseo de la reforma en la calle donde quedamos de vernos, estuve solo dos minutos ahí cuando un BMW color blanco se acercó a mí, era Mario, al salir de su carro me impacté más con él, un hombre de 1.93 cm, salió vestido de traje Armani y zapatos italianos, a leguas se notaba el porte del caballero.
    
    M: ¡Leticia, un gusto, eres hermosa!
    
    L: ¡El gusto es mío!
    
    M: Con todo respeto, ¡te ves espectacular!
    
    L: ¡Muchas gracias, igualmente Mario!
    
    Abordamos su lujoso auto, el me abrió la puerta del copiloto y fuimos hacia santa fe a un restaurante muy lujoso, su comportamiento era perfecto, muy propio para hablar, para pedir las cosas y se dirigía a mí con muchísimo respeto, eso me ponía loca por él.
    
    Pido una botella de wiski y cenamos langosta, durante la cena, platicaba de mí, de mis hijos, de Luis, de cómo había ...
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