1. A MI HERMANA LE GUSTAN LOS VIDEOJUEGOS - 1


    Fecha: 19/09/2021, Categorías: Incesto Autor: maverick_indalo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y se aburriese del juego, lo antes posible, o no me dejaría en paz. Le di unas cuantas instrucciones, de mala gana, y procedió a iniciar la primera partida. Evidentemente, demostraba su falta de práctica, y no paraba de confundir todos los botones y sus correspondientes funciones, circunstancia que se tradujo fielmente en la pantalla en forma de un auténtico desastre. Un tanto a mi favor.
    
    Se enfrascó en el juego y comencé a exasperarme por momentos, hasta que de pronto sucedió algo que lo cambió todo. Tras presionar el botón correcto, el monoplaza de la pantalla arrancó de nuevo de forma descontrolada, lo que se tradujo en las correspondientes reacciones del mando inalámbrico en forma de vibraciones, igual que cada vez que mi hermana chocaba o pasaba por zonas comprometidas del circuito, y provocó que ella, que no lo esperaba, se diese un susto importante y soltase el mando de forma repentina, como si de una brasa ardiendo se tratase, mientras gritaba como un cochino jabalí. Por suerte, capturé el mando al vuelo de forma milagrosa.
    
    ¡Hay que joderse! Cualquiera entiende a las tías; se pega un susto de cojones y en lugar de marcharse quiere volver a probar.
    
    Y me preparé a quedarme sin Play durante un buen rato. Decidí entretenerme.
    
    - Oye, me voy a por una Coca-cola, ¿quieres algo de la nevera?
    
    No me respondió, estaba como atontada.
    
    Resignado me pasé el tiempo que me llevó hacer el camino desde mi habitación a la cocina, coger las latas de la nevera y ...
    ... regresar a mi habitación, arrastrando los pies, refunfuñando y maldiciendo mi suerte por tener que sufrir esa invasión por parte de mi hermana, no solo de mi intimidad, sino de mi valioso tiempo junto a mi querida Play, tiempo que tanto había estado esperando durante todo el curso, ¡joder, me lo había ganado a pulso! Era el poco rato en que no había nadie más en casa y me lo tenía que fastidiar.
    
    Entré en mi habitación con las dos latas en la mano y, por un segundo, me pareció que mi hermanita se había largado de mi habitación, porque no pude ver, ni su cabeza, ni rastro de ella en el sillón al entrar a mi habitación, pero esa impresión era errónea porque en la pantalla había movimiento y se veía el monoplaza que, por cierto, parecía un cortacésped, siempre fuera de la parte asfaltada del circuito. Me disponía a pegarle la bronca a mi hermana o cachondearme de ella, (o ambas cosas a la vez), cuando la encontré muy acomodada en mi querido sillón, pues había ido dejando resbalar su cuerpo un tanto hacia abajo, con las piernas separadas, de forma que el mando descansaba sobre sus muslos, más bien sobre su bajo vientre, sin necesidad de que lo tuviese que mantener en alto con las manos. Parecía realmente cómoda.
    
    Joder, que rápido se acomoda la muy cabrona –pensé-. Pero acto seguido, y tras dejar su Coca-cola en un lado del escritorio, al mirar su cara vi algo en su expresión que me distrajo de mi intención de boicotear su partida y echarla con cajas destempladas de mi habitación. ...
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