1. A MI HERMANA LE GUSTAN LOS VIDEOJUEGOS - 1


    Fecha: 19/09/2021, Categorías: Incesto Autor: maverick_indalo, Fuente: RelatosEróticos

    ... enorme suerte de que no tengo que compartirla con nadie. Casi nunca.
    
    Pues eso, que estaba disfrutando con un juego en el que simulas que eres un piloto de fórmula uno, (vamos que eres el puto amo), repanchingado en mi sillón, tipo imitación asiento coche de competición, con mi camiseta de estar por casa, mi bañador, (con el mismo que luego bajaba a la playa por la tarde), y mis chanclas cochambrosas, cuando, como siempre sin llamar a la puerta y sin decir ni media palabra, cual fantasma, se coló silenciosamente mi hermana María en mi habitación, propinándome un collejón a discreción y de forma traicionera, con el correspondiente susto de cojones. Esto propició que mi alter ego en el juego, se diese un trompazo de la ostia contra un quitamiedos, al salirse en una curva a más de doscientos cincuenta kilómetros por hora. A tomar por saco la partida.
    
    Tras decir esto, María se abalanzó sobre mí, como hacía desde que éramos niños, y dando un pequeño salto se sentó de lado sobre mis piernas, en mi regazo, y continuó dándome collejas y coscorrones a mansalva. A mí hacía tiempo que ese juego no me hacía ni puñetera gracia, en parte porque me parecía humillante que una chica me atacara y, siempre, me pillase desprevenido, incapaz de quitármela de encima y también, bueno…porque María tenía ya dieciocho años y me daba cierto corte el contacto físico con ella.
    
    No quiero que me malinterpretéis, nunca me había hecho una paja ni nada parecido pensando en ninguna de las mujeres de ...
    ... mi familia, pero es que mi hermana María se había convertido en una preciosidad, casi de la misma estatura que yo, una cara muy linda, con expresión de no haber roto nunca un plato en su vida, el cabello largo en un precioso color castaño claro, ojos rasgados, color miel, una boca de labios carnosos y rojizos que contrastaban con una piel blanca, perfecta, y una figura con unas formas pronunciadas y muy femeninas, rematada por una voz naturalmente sensual. A todo lo anterior había que sumar que era el ojito derecho de mis padres: buena chica, cariñosa, inteligente, buena estudiante, no le gustaba salir mucho, y nunca daba ningún tipo de problemas, vamos, la hija perfecta… y la hermana perfecta.
    
    Paró en su afectuoso ataque, se plantó de pie frente a mí, con los brazos en jarra, y gesto serio y me dijo:
    
    Dije todo esto dándole a mi tono de voz la mayor gravedad e importancia posible, como si ella no lo entendiera y fuese algo al alcance de muy pocos, y, por supuesto, no apto para ella que, además, era mi hermana. Pero lejos de conseguir lo que pretendía, que era que se largase de mi habitación, el efecto obtenido fue justo el contrario.
    
    Y dicho esto, tiró de mí, y me hizo levantar para ocupar ella mi sitio frente al escritorio y la pantalla, arrebatándome de paso el mando de las manos. Se sentó con expresión muy seria mientras me miraba esperando mis explicaciones. Me di cuenta de que la única posibilidad de recuperar mi tranquilidad, pasaba porque descubriera su torpeza ...
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