1. Cristina, una mujer prohibida


    Fecha: 15/09/2021, Categorías: Incesto Autor: Dain345, Fuente: CuentoRelatos

    ... resaltar su figura, pues gracias a este, su cintura hacía que se pronunciaran mejor sus nalgas, y a su vez, las torneadas piernas lograban resaltar, y con sus tacones de aguja, me mostraban la belleza que impera en mi hija.
    
    Esa vista, me hizo darme cuenta de lo asombroso que se miraba su trasero, lucía bien paradito, un culito respingón como solemos decir vulgarmente. Lo único que pensaba era, porque me había impresionado tanto como se miraba mi hija. ¿Acaso era por el simple hecho de saber que mis días estaban contados y que ya no tenía mucho tiempo para disfrutar de los placeres carnales?; me sentía lujurioso.
    
    Llegamos a su casa, y solo se encontraba su ayudante de cocina, no estaba su esposo Camilo, por cuestiones laborales, había salido durante dos semanas. Mi nieto Agustín se encontraba en 6° grado de primaria.
    
    El resto del día me la pasé descansando, reposando en la cama, no dejaba de pensar en lo que mi hija me había provocado. La habitación se encontraba a lado de la cocina y por debajo de la habitación de mi hija y su esposo, frente a las escaleras que llevaban al segundo piso.
    
    Me senté un rato en la sala, y mi nieto estaba jugando videojuegos en uno de esos aparatos modernos, me dijo que se llamaba X-Box. Pasaba un rato agradable con mi nieto, cuando escuché la voz de mi hija salir de la habitación, se había vestido para ir a hacer ejercicio. Esta vez con un pantalón de licra color rosado con negro y un top, lo cual hacia resaltar aún más lo firme de sus ...
    ... nalgas y la sorprendente firmeza de sus senos.
    
    -Iré al gimnasio papá, vuelvo en unas horas, Agustín, no molestes al abuelo -dijo mientras yo trataba de disimular que me había impactado cómo se veía.
    
    Eran cerca de las 8:30 de la noche, cuando por mi calentura, decidí darme una ducha. Entre al baño, y a medida que el agua resbalaba en mi cuerpo, comencé a masturbarme, en mis pensamientos solo alucinaba con ver a mi hija desnuda, disfrutar de su cuerpo. Estaba a punto de venirme, cuando escuche que bruscamente se abría la puerta, era Cristina que acababa de regresar, no tenía la cortina corrida de la regadera, por lo cual, al abrirse la puerta, ella miró mi mano derecha en mi pene que estaba completamente erecto.
    
    -Lo siento papá -fue lo único que ella pudo decir al cerrar de inmediato la puerta.
    
    Terminé de enjuagarme y me vestí en el baño, al salir, no vi a mi hija en la sala, sino en la cocina.
    
    -Discúlpame Cristina, olvidé ponerle seguro a la puerta -le dije con un tono de voz apenado.
    
    -Descuida papá, yo también olvidé tocar la puerta, como me encuentro a veces sola, suelo llegar y hacer eso cada vez que regreso del Gimnasio -al mencionar esas palabras no alzo la mirada, estaba apenada.
    
    Para salirme de esa situación incómoda, le pregunté qué hacía. -Hago la cena -respondió, mientras yo me acerque lentamente a ella para ver que estaba guisando. A medida que yo me acercaba, ella comenzó a respirar más rápido -Huele delicioso -le dije, mientras logré darle un ...
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