1. Patas arriba (XVIII)


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... y sin saber qué hacer, planeo darme el piro y listo.
    
    Aproveché esa curiosa capacidad de poder pasar desapercibido cuando quiero y entré al hospital sin que los seguratas se enterasen, pero lo que no me esperaba al abrir la puerta de la habitación era encontrarme a Ramón allí, no le había visto entrar. Lejos de contrariarme, de hecho, la coincidencia me alegró, porque si alguien puede hacerse una idea de lo que hice, ése es precisamente Ramón. Por un momento me invadieron los nervios y estuve a punto de decir algo del estilo “perdonar, me equivoqué de habitación”, o cualquier tontería así, pero un nuevo y sorprendente valor me ayudó a dar un paso al frente, tomar aire y tras una sonrisa cortés, pero sin perder la seriedad pude decir mis primeras palabras a los chicos:
    
    - Necesito deciros algo, especialmente a ti, Joel.
    
    Los dos me miraron sorprendidos, los ojos de Joel brillaban con curiosidad, principalmente porque no se hacía ni idea de qué pintaba yo allí o cómo sabía su nombre.
    
    - Ramón, -ahora él me miraba igual de sorprendido-, será mejor que te sientes, esto no es fácil.
    
    - Ya vale, tío -me interrumpió Joel, porque hablaba lentamente y tratando de elegir las palabras correctas para no meter la pata más de lo que ya había hecho.
    
    - Vale, empezaré por el principio, yo sé quién te hizo lo que tienes en el pecho, Joel -el novio de Ylian llevó su mano inconscientemente a sus cicatrices y Ramón parecía que no podía contener su impaciencia por hacerme hablar-, os ...
    ... lo diré directamente: fui yo.
    
    Lo que sucedió después fue mucho menos de lo que yo esperaba, Joel hizo ademán de levantarse, pero las correas que tiene por seguridad lo detuvieron y lo próximo que supe es que mi espalda estaba contra la pared mientras mis pies flotaban a unos centímetros del suelo sujeto solamente por la mano de Ramón que aferraba mi polo y su otra mano cerrada en un puño amenazaba reacomodarme todas las neuronas de una buena ostia, pero bajó su mano y me fulminó con la mirada mientras me decía:
    
    - Te daría una buena paliza, pero Joel se merece una explicación y creo que has venido a eso, ¿o me equivoco?
    
    Al parecer es cierto lo que he escuchado por ahí: Ramón es un poco impulsivo, pero, pese a todo, a la vez es un chico prudente y capaz de escuchar cuando es necesario. Ramón me ofreció la silla y un vaso con agua mientras caminaba de un extremo a otro de la cama y Joel elevaba el respaldo hasta quedar medio sentado para verme de frente. Había llegado el momento y debía hablar, cosa que hice con bastante temor y esperando la paliza que me prometió Ramón, pero me animé y empecé a hablar y expliqué la relación que tenía con Iván, cómo éramos los mejores amigos y nunca nos separábamos, pero mis padres encontraron un trabajo genial en Soria y tuvimos que irnos de repente, no hubo tiempo ni de avisar ni despedirse, eso rompió mi corazón, perdí la vida que tenía, pero sobretodo perdí a alguien que era el hermano que mis padres nunca pudieron darme y todo en ...
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