1. Mi suegra se vino en mi coche


    Fecha: 04/05/2018, Categorías: Anal Sexo en Grupo Voyerismo Autor: Acotorra, Fuente: xHamster

    ... berridos...—¡Grrrr! ¡Mmmm! ¡Agggggh! ¡Brrrr! ¡Uuuujuu!Tenía a mi suegra sumida en un sinvivir, trasportada a algún paraíso, loca total, sofocada de placer. Debió de correrse lo menos dos veces, y yo le descargué dentro una corrida bestial, copiosa, que le inundó el chocho de lefa caliente. Ambos flipábamos. Eloísa dijo que yo follaba de maravilla y que su hija era muy afortunada al tenerme como marido. Correspondí diciéndole que ella seguía estando muy buena, que su coño me recordaba bastante al de su hija, y que me había dado un enorme placer debido a que aún era una hembra de primera categoría. Relajada como estaba, no tardó en quedarse dormida con mi polla descansando entre sus nalgas, mientras yo jugaba a enredarle la pelambrera del coño. Pasados unos minutos me volvieron las ganas y me vino la gran idea. Pillé una crema que encontré por allí, me di un poco en la polla, y le embadurné a tope el ojete. Después preparé el conducto metiéndole primero uno y dos dedos, y luego hasta tres. Ni se enteró ni se despertó. Así que la induje a moverse hasta lograr que se tendiera boca abajo e incluso le puse una almohada a la altura de la pelvis para alzarle un poco las nalgas. Llegaba mi momento. Acerqué mi polla al ojete, lo enfilé, y apreté con fuerza hasta meterle el glande y dos o tres centímetros más de verga. Ella se agitó tratando de desalojarla, pero yo no aflojé ni un punto y seguí metiéndosela. Tuve que hacer caso omiso a sus gritos y quejidos…—¡Sácala, cabrón, que me ...
    ... duele mucho! ¡Tu polla es demasiado gorda para entrar por ahí! ¡Me vas a matar! ¡Sácala ya, hijo de perra!Pero no se la saqué. Seguí penetrándola sin piedad hasta sentir que mis huevos chocaban contra su chocho, hasta que mi polla quedó totalmente desaparecida y embutida en el interior de su espléndido y acogedor culo. Le dije lo típico en estos casos, que le dolería sólo al principio pero que luego ya no, que la toleraría bien y sin grandes problemas. Me insultó otra vez, ahora llamándome hijo de puta y moco verde asqueroso. Ni caso. Las suegras siempre protestan por cualquier cosa de nada. Sí noté que hacía tiempo que no la sodomizaban y eso ayudaba a que su recto ejerciera la presión justa sobre mi verga, la más placentera. El mete saca empezó a parecerme de lo más perfecto, como si entrara y saliera en una cálida cueva hecha a medida, diseñada para mi polla. Me la enculé a fondo, sin miramientos de ninguna clase, y a ritmo cambiante; primero despacito, suave, para que el conducto se fuera adaptando a su grosor y largura, y luego cada vez con penetraciones más duras y más rápidas, endiabladas, salvajes, como si de verdad quisiera romperle el trasero para que no se pudiera sentar en días. Me dijo que era un yerno cabronazo y malo, y en ese momento me corrí a borbotones. Chingarazos de mi hirviente y espesa leche le empaparon los rincones últimos de su culo, los que yo creo que nunca antes habían sido horadados. Cuando le saqué la polla, una hilacha de sangre y semen se vino con ...