1. Cuando la oportunidad se presenta...


    Fecha: 02/05/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ogarcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... los golpes que le había dado, la tomé de sus nalgas y traté de colar un pulgar dentro de su esfínter; el dolor que sintió la devolvió a su realidad y trató, esta vez con más fortuna, de voltear su cuerpo para impedir mi accionar.
    
    -¡No, eso no!, me vas a lastimar… -Lloraba y suplicaba a la vez…
    
    -Te la agarro si quieres, pero eso no….
    
    Sin decir palabra la tomé de sus piernas y di vuelta a su cuerpo, esta vez todo mi peso cayó sobre ella impidiendo que volviera a voltearse…
    
    -¡Quieras o no te la voy a dar por el culo!…
    
    Dicho esto, tomé saliva y embadurné mi miembro; la restante la puse sobre su ojete que se mantenía bloqueado por la fuerza con que cerraba su esfínter.
    
    -¡Ahhhgggggg! –gritó al sentir que trataba de invadir su virginal entrada.
    
    -¡No, me dueleee!, ¡ahhggggg!
    
    Pero eran en vano mis esfuerzos, entre la fuerza con que cerraba sus nalgas y su esfínter, era tarea casi imposible por la posición en que la tenía sujeta. Así que, cambiando de táctica, y como si de ariete medieval se tratara, comencé a “tocar” en la entrada de su trasero una y otra y otra vez…
    
    Por principio soportó estoicamente mis embestidas, pero como cualquier musculo más, terminó por ceder terreno hasta que mi glande pudo colarse por entre el anillo que formaba su esfínter.
    
    -¡Noooo!, ¡noooooo!... ¡sácalo por favor!, me duele!... ¡me lastimasss!
    
    Yo me encontraba en las nubes, nunca antes lo había siquiera intentado; y es que el goce por sentir las contracciones de su ...
    ... esfínter sobre mi pene, no tenían comparación alguna con las paredes de su vagina.
    
    -¡No, no! –sollozaba pensando tal vez que eso era todo lo que recibiría.
    
    -¡Aaaahhhhhhgggg! –(ese grito lo recordaré toda la vida) fue en el momento que, sujetándola de su cadera, introduje mi pene dentro de ese mar de fuego que era su apretado esfínter…
    
    -¡Ahhhhh! –nuevamente un grito, este apagado; y cayó, para su suerte, en la inconciencia.
    
    Aproveché esto para retirar mi dolorido miembro, limpiarlo de heces y sangre, para después volver a introducirlo (esta vez sin resistencia) por su cavidad anal; hasta que, lograda la meta, pude ver como mi extensión se perdía entre sus nalgas; esas nalgas firmes y blancas que coronaban mi hazaña.
    
    -¡Ah, que culo!, ¡vamos zorra, muévete! –le decía esto mientras marcaba sus nalgas por los azotes de mis manos.
    
    -¡Siiii!, dime que te gusta ¡perra!
    
    -¡Plazzz, plazzz! –sus nalgas eran ya de un rojo encendido…
    
    En ese momento despertó, solo para verse sodomizada por ese desconocido que parecía no terminar de humillarla.
    
    -Ahhhhhh –era el único sonido que su dolorido cuerpo le permitía pronunciar.
    
    -¡Perra!, ¡muévete!, ¿acaso no sabes darle placer a un hombre? –decía esto mientras con una mano jalaba su pelo y con otra movía su cadera.
    
    Ella ya no respondía, al parecer solo esperaba que terminara y la dejara en paz… a no ser que la amenaza de correr con la suerte del tipo de la puerta hiciera que ella se mostrara sumisa…
    
    -¡Ahhhggg! –dejó ...
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