1. Cuando la oportunidad se presenta...


    Fecha: 02/05/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ogarcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... daba, dando golpes a diestra y siniestra al par de rufianes que la sujetaban.
    
    El dilema moral entre salir de allí y ofrecer mi ayuda fue resuelto por el grito ahogado que pude escuchar tras el pasillo que conducía a una bodega que era, por demás, la más aislada de todas.
    
    Sin medir consecuencia y en pos de ayuda a la damisela en apuros, di con mi humanidad contra el suelo frio del patio trasero al tratar de caer con compostura después de saltar la valla que delimitaba el paso a la bodega; el ruido sordo producido por la caída bien pudo ser escuchado a la distancia y eso, por principio, me obligo a tomar por defensa lo primero que encontré a mano.
    
    Uno de ellos (que a vista era el más corpulento de los dos) asomó con precaución la testa sobre la puerta por donde habían ingresado tratando de divisar entre la penumbra reinante, hecho que aproveche más por reflejo que por valentía para aporrear con el polín de madera que segundos antes había tomado para mi defensa.
    
    Solo un gemido sordo y después… ¡nada!, el logro de mi heroica acción.
    
    Aun temblando y sin abandonar mi ahora entrañable porra, asomé por sobre el cuerpo de mi victima tratando de ver dentro del recinto, ayudado tanto por la raquítica luz de la farola de la esquina como por la tenue luz de la naciente luna que iniciaba su ascenso, indiferente a las cosas comunes, de los hombres igual de comunes.
    
    Después de algunos segundos que a saber me parecieron eternos, pude acostumbrar mi vista a la escasa ...
    ... iluminación del interior; solo para comprobar que no era el único con falta de coraje, ya que al final de la bodega (y por sobre la abundancia de desorden y basura) el otro tipo salía huyendo con prisa, trastrabillando hasta encontrar la puerta que conducía a la despoblada calle trasera.
    
    Fue hasta ese momento que pude verla, tirada sobre un sucio colchón que bien pudo estar casualmente allí o haber sido utilizado con fines nada prosaicos por el par. Sucia, podría imaginar por el forcejeo, e inconsciente hasta donde mis disminuidos sentidos podían imaginar.
    
    Mi mente estaba desbocada, no sabía que tan fuerte había utilizado la maza, si el tipo despertaría (o no) de su inconciencia o si alguien regresaría con el que se fue, solo para dar su merecido a quien les había arruinado el plan; por lo que mi lógica me indicaba que tenía que tomar a la indefensa y salir de allí más rápido que pronto.
    
    El primer intento por tomarla me devolvió a mi realidad en forma nada sutil, ya que de un costado de su cabeza un hilo de sangre confundía el color de su cabello; un estremecimiento recorrió mi espalda pensando lo peor (cosa que regularmente hacemos como acto reflejo ante algo que nos toma por sorpresa); afortunadamente un sonido ininteligible brotó de su garganta lo cual me confortó sabiendo que mi osadía no había sido en vano (lo sé, en ese momento me preocupaba más por mí que por la victima que tenía en brazos).
    
    Intenté cargar, pero mi esfuerzo me regresó a la realidad de mi condición, ...
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