1. MI PROFESOR


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    MI PROFESOR Pisando los cincuenta años, con demasiadas estrías, demasiadas arrugas, demasiadas marcas de vida, me casé a los treinta, aún estoy en pareja, tengo cuatro hijos y soy una mujer de barrio, como todas, como cualquiera, de esas que hacen las compras, baldean los pisos y planchan la ropa, de esas que siempre tienen la comida lista y sabe cada prenda que necesita cada integrante de la familia, que sabe los horarios de todos, cuantas enfermedades tuvieron, que cosa le gusta a cada uno, soy esa que sabe que impuesto hay que pagar, esa que se levanta primero, esa que se duerme última, esa mujer con marcas en el vientre, esa que tiene los pechos caídos de tanto amamantar, de manos rasgadas de tanto refregar, esa soy yo, María del Carmen. Pero no fue siempre así, hay una historia secreta, la historia de mi vida de los veinte e los treinta, una historia que encerré en un cofre con cuatro candados y devoré las llaves, una historia tan oscura que tuve que reinventar mi historia, una historia de chica normal, más cercana a lo que hoy soy como mujer. No siempre fui obesa como soy ahora, de joven tenía una figura espectacular, tetas enormes, culo enorme, cintura pequeña, piernas robustas, yo era la típica chica que resaltaba sobre el resto, voluptuosa, de curvas perfectas, esa que todos los chicos soñaban cogerse algún día, además era muy bonita de rostro, de cabello negro azabache, desflecado a los hombros, de carita redonda, amplia frente y ojazos claros, transparentes y ...
    ... puros, además usaba unos pequeños lentes de aumento con gruesos marcos negros que me daban un toque intelectual. Pero no todo era color de rosa, tenía serios problemas para relacionarme con el sexo opuesto, tímida, introvertida y hasta frígida, los veinte años me sorprendieron aun virgen y ni mis terapeutas de turno pudieron ayudarme. Con veintiuno cumplidos estaba cursando cuarto año de medicina, carrera que en no mucho tiempo más dejaría de lado, ese año fue cuando conocí al doctor Ravena, uno de mis tantos profesores, un tipo cincuentón, entrecano, de voz grave y andar cansino, acostumbraba a estar con saco y corbata, un look que no concordaba con su desprolija cabellera y sus grandes bigotes. El tipo era uno más para mí, pero a medida que sus clases pasaban, me di cuenta que el me prestaba demasiada atención, más que al resto de los alumnos, muchas veces su mirada se clavaba en mi cuerpo y eso hacía que me sonrojara, pero era discreto, solo yo lo notaba. Imaginen que con los problemas que tenía, encima mi profesor, un tipo mayor, que me miraba con insistencia, bueno, realmente me resultaba molesto y desagradable. Una tarde estaba comiendo una hamburguesa en el bar de la facultad, leyendo unos apuntes, de repente su vos gruesa me sorprendió por la espalda Puedo? un profesor puede compartir un almuerzo con su alumna, o tienes inconvenientes? Asentí con la mirada y apenas un gesto de mi rostro, el se sentó frente a frente y charlamos por primera vez de nuestras vidas, de nuestras ...
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