1. MI PROFESOR


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... tuviera que soportar las miradas indiscretas de cuanto hombre cruzara en el camino. Al llegar el estaba esperándome, me miró, me dio el visto bueno y luego dijo alcanzándome una máquina de afeitar: Dame la bombacha que tenés puesta, también el sostén, andá al baño y aféitate toda, así vas a estar hasta atender al último paciente, apurate, no me pongas impaciente… Saqué el sostén, luego la bombacha que se me enredó en el taco del zapato, fui al baño y mientras me afeitaba toda me sentía hervir la sangre, duros los pezones, la boca seca, la concha mojada… Volví a su lado con una sonrisa cómplice, como esa niña que saca buena nota en el colegio y espera ser premiada por su padre, acarició sutilmente mi pubis y dijo: Quiero que dejes notar a todos los pacientes que no traes ropa interior, a todos, hombres y mujeres por igual, no lo hagas directamente, solo insinúa y finge que no te das cuenta de lo que pasa… Pero… Sin peros, hoy será un gran día para ti… Hubo algunos intentos de reclamos más de mi parte, pero en el fondo quería hacerlo, me excitaba hacerlo, así fue como uno a uno los pacientes fueron cayendo en mi trampa, abriendo sutilmente las piernas mientras miraba la agenda, ó casi dejando escapar un pecho mientras hablaba por teléfono, ó yendo a buscar algo de modo que la pollera se subiera más de lo normal, ó simplemente dejando que el sol pegue de lleno en la camisa blanca, haciendo lucir mis oscuros pezones. Estaba increíblemente mojada, las caras de las personas eran ...
    ... indescriptibles, no parecían salir de si asombro. Aun quedaban dos pacientes, el doc se asomó, les pidió cinco minutos y me dijo que pasara, esto me sorprendió, pensé que era algo de trabajo, ó a lo sumo para saber cómo iba mi juego, lo cierto es que me tomó con fuerza, levantó la pollera y me sentó sobre el frío vidrio de su escritorio, sin decir palabra levantó mis piernas y me enterró toda su verga, hasta el fondo, me arrancó un grito y me tapó la boca, comenzó a cogerme, la sangre de mi himen roto brotaba de mi sexo enrojeciendo toda su verga que me llenaba por completo, la situación era hermosamente desesperante, excitante, quería gritar, la sensación de saber que esos dos pacientes estaban viendo a trasluz nuestros cuerpos haciendo el amor era dulcemente aterradora… Y fueron cinco minutos, solo cinco minutos, Luis me llenó la concha de leche, luego como si nada me dio una toalla, para que me limpiara y limpiara todo, rápido, porque debía seguir atendiendo. Salí un tanto despeinada, me puse colorada porque me miraban como acusándome. Por las dudas, cuando quedamos solos el me cogió por segunda vez… Así debuté oficialmente, ahora chupaba pijas y cogía, sería la primera vez de muchas, y empezamos a hacer de esto un perverso juego, en los bares, en la plaza, en los medios de transporte, siempre en minifalda, siempre sin bombacha y sin sostén, siempre alguien mirando, cogiéndome en cualquier parte, llegué a tener una total y absoluta dependencia de ese hombre. Estimo que de ...
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