1. Jimi, Betty y los campeonatos de tekoki (2). Eliminatorias en el Maná


    Fecha: 14/02/2018, Categorías: Sexo Interracial Autor: valisdick, Fuente: CuentoRelatos

    ... una alcanzaría la soirée. Paramos en doble fila delante de la puerta. Betty y yo saltamos a por nuestras bolsas y nos despedimos agradeciendo el transporte. Cuando se marcharon nos giramos hacia el local y comprobamos que estaba cerrado a cal y canto. Betty golpeó la puerta un par de veces sin éxito. Los golpes atrajeron la atención de una joven pareja que deambulaba cogidos de la mano. Llevaban mochilas enormes de las que colgaban todo tipo de accesorios del viajero, y fumaban de un cigarrillo que ella ponía en sus labios de cuando en cuando. Ambos eran igual de corpulentos y sus cuerpos, ataviados con ropa de verano a pesar de la brisa gélida, desprendían vigor.
    
    -Venís al concurso? Llevamos aquí un buen rato y no abren. Ya pensábamos que se trataba de una broma de mal gusto.
    
    Habían venido andando desde 250 km al norte, así que en efecto la broma hubiese sido de un gusto pésimo. Cuando se aproximaron pudimos comprobar que ambos le sacaban la cabeza a Betty, y cabeza y media a mí. Ella vestía unos shorts vaqueros deshilachados de los que sobresalían unos potentes muslos y camiseta de tiras. Calzaba botas detrecking de media caña en las que apenas le cabían los gemelos. Juraría que no usaba ropa interior a pesar de que por volumen claramente la necesitaba. Él llevaba el mismo modelo de camiseta y botas pero sus vaqueros eran largos aunque se ceñían a sus piernas de caminante como una segunda piel. A pesar de todo parecían de buen humor. Ella nos ofreció del cigarrillo ...
    ... chupado. Desistí cortésmente inclinando la cabeza. Betty apretó los labios con cara de asco. De la primera bocacalle surgió una tercera persona, un tipo con patillas, sombrero australiano y botas vaqueras. Al parecer estaba esperando por su pareja, así que se unió al corro, lió su propio cigarrillo y lo pasó en ronda.
    
    -Buenosh diash - nos dijeron desde una furgoneta aparcada. Solo entonces percibimos en el interior dos personas que habían estado presenciando la escena. Eran rubios con acento del este, Polonia quizá. Ashley, el cowboy australiano se había quedado sin tabaco así que los mochileros dejaron caer su inmensa carga y se sentaron en la acera para liar un nuevo cigarrillo. De la furgoneta salieron una chica pizpireta de carnes abundantes y quien podría ser su padre. Vestían mal y hablaban peor, pero pudimos entendernos. También venían al concurso, y el cigarrillo de Iris e Ícarus, que juro que así se llamaban los mochileros, les supo a gloria. Los polacos sacaron una botella de licor de la furgoneta –a eso Betty no se pudo negar- y enseguida nos intercambiamos confidencias. Como atraída por el licor por fin para completar las cuatro parejas apareció Mandy, una rubia bajita de deportivas malva de marca, uñas esculpidas, exceso de maquillaje y pestañas postizas. Las tetas sin embargo parecían auténticas. Saludando a todos salvo a su novio se incorporó al círculo en el lugar más lejos de Ashley. No fumaba, pero sus tragos al licor polaco duraban lo doble que los del ...
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