1. Jimi, Betty y los campeonatos de tekoki (2). Eliminatorias en el Maná


    Fecha: 14/02/2018, Categorías: Sexo Interracial Autor: valisdick, Fuente: CuentoRelatos

    La víspera del torneo de selección una llamada nocturna nos despierta. Betty se da la vuelta y se tapa la cabeza con un almohadón. En el display centellea el contacto de Luna.
    
    -Que tal pequeñín,ready for action?
    
    -Mierda Luna sabes qué hora es?
    
    -Lo sé, es que te confieso que estoy un poco nerviosa, siento decírtelo.
    
    Me alejo unos metros de la cama revuelta de donde asoma un lánguido pie con uñas descuidadas y paso a modo meloso; encaja con mi voz de mal despertado.
    
    -Cariño, no tendrás celos de ésta - le digo refiriéndome a Betty, la dueña del pie huesudo que sobresale del edredón.
    
    -Es ella quien te va a ordeñar en el concurso, no?How I wish I was there.
    
    -Negativo. Ella ordeña al macho de la pareja rival.
    
    -Vamos Ji, que otra cosa estuvisteis haciendo todos estos días.
    
    Ahí me tenía. Menearla era la cosa que Betty menos mal hacía. Era despistada, ni idea de cocina, inculta como un ladrillo y sosa como su puré de patata. En la cama era torpe y descoordinada. Sus manos sin embargo eran grandes, se movían bien y tenía cierta intuición. O serían los largos años de entrenamiento con su ex, que no quería otra cosa.
    
    -Ok, tú me la presentaste, confiesa que específicamente para esto. Mira, por qué no adelantas tu regreso. No sé qué tal nos irá mañana, pero solo contigo seguiría adelante en esto.
    
    A través del microaltavoz recibí un ronroneo que activó mi circulación periférica. Era el que Luna emitía cuando realmente deseaba enroscarse a mi muslo.
    
    -Me ...
    ... prometes que me contarás todo?
    
    Las manos frías de Betty tapándome los ojos me sobresaltaron.
    
    -Buenos días mi pequeño percherón. Unos cereales calientes para reponer fuerzas?
    
    Recogí el teléfono del suelo pero la llamada se había cortado. Cliqueé un mensaje lleno de errores y apretésend.
    
    El dueño del sex shop y su esposa brasileña se habían ofrecido a llevarnos, dado que yo no tenía carnet y Betty no tenía coche, se lo había quedado su ex. Por el camino la mujer nos ilustró sobre el circuito carioca desex fighting y su amistad con una de sus más rutilantes estrellas, Dana dos Santos, ya retirada. Se notaba que quería hablar más, pero la mano de él sobre su pierna se ponía tensa cada vez que lo hacía. El asunto me interesaba pero Betty la interrumpía torpemente para contar sus propias hazañas, que eran bastante insulsas, mientras se repasaba las uñas o hacía estallar los nudillos, así que los graznidos de las dos comadres pronto me aburrieron. Me puse los cascos, seleccioné una lista de Luna y me recliné en el asiento trasero.
    
    El local se llamaba Santa Mónica, aunque al parecer era conocido como ‘el Maná’, y se ocultaba entre naves industriales y caserones ruinosos en la zona portuaria, donde a aquellas horas el ambiente era de estibadores ociosos y turistas perdidos. Habría una jornada matinal de series eliminatorias sin público y una velada nocturna para los finalistas. Betty y yo habíamos sido convocados a primera hora junto a otras tres parejas de las que solo ...
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