De Sexo, Drogas y Otros Placeres (Parte 5) - Relatos Eróticos

De Sexo, Drogas y Otros Placeres (Parte 5)

... terminó sus burlas y carcajadas, Pipe, conocido por ser un tipo lascivo y calenturiento, siempre viendo a las chicas y usando su cargo de narcomenudista para obtener favores sexuales de las clientas, vio en mi bochornoso accidente la oportunidad perfecta para matar dos pájaros de un tiro: en primera instancia, cobrarse el dinero que le debía en una sola exhibición y en un segundo plano, disfrutar de un cuerpo virgen al convertirme en su putita personal por un día. La propuesta me dejo sin habla, ya que jamás me cruzo por la mente que él tuviera la fantasía de tirarse a un chico vestido de nena, pues siempre le había visto como un tipo muy macho y mujeriego, pero como compartió conmigo al proponerme el trato ¨nadie sabe cómo complacer a un hombre como otro hombre¨, comentando que la idea de tirarse a una trans le parecía harto erótica y vulgar siempre y cuando el fuera activo en todo momento. Su propuesta implicaba despojarme de mi masculinidad y ser usado como vil objeto de placer, algo que en el fondo me producía mórbido interés y que claramente era la finalidad tras el vestirme y pretender ser una mujer mientras me penetraba con el consolador o mis dedos.
-Tú lo que quieres es verga, ¿o no Josecito?-Acusó Pipe luego de proponerme su trato-Pues aprovecha la oportunidad que te ofrezco: déjame usarte como mi muñeca y puedes olvidarte del varo que me debes. Es más, no tienes de otra: si no aceptas, mañana mismo en la escuela hago público tu hobbie de maricón. ¿Cómo ves?
Ante ...

... semejante escenario lo único que podía hacer era aceptar y cumplir mi parte del acuerdo. Y es que si bien en secreto disfrutaba de fantasear con ser una chica sexy y provocativa, jamás imagine que llegaría el día en que le entregaría mi colita a alguien más, mucho menos a dos sujetos como en esta mi primera vez que aquí describo. Para mí el imaginarme y vestir de nena eran simples gustos culposos, una forma de auto-explorarme, un quehacer de adolescente pajero. No obstante, como ya dije antes, admito que tenía una ligera curiosidad por saber que se sentiría ser usada por un hombre más fuerte y viril, seducirlo al punto de la lujuria y provocar en el sus más bajos instintos e indecentes pasiones. Y pues como dice el dicho: ¨nadie sabe para quién trabaja¨ y yo que nunca pensé encontrarme en semejante situación, ósea convertido en una coqueta y complaciente hembra al servicio de un hombre, estaba ahora allí, de rodillas, siendo filmada mientras mamaba con esmero el pene moreno, velludo y venoso de Sabras, un narco cuarentón de la vieja escuela, superior de Pipe dentro de la organización del Cártel e invitado de honor a mi debut como Anel.
Sabras disfrutaba mi labor oral sentado al borde de la cama, impulsando su pelvis en continuos bombeos a mi cara incrustada entre sus peludas piernas lo cual resultaba en un frenético  mete y saca de su gruesa pieza dentro y fuera de mi pequeña boca la cual apenas se daba abasto con semejante trozo, obligándome a controlar mi respiración por ...