Amor prohibido cap 1 - Relatos Eróticos

Amor prohibido cap 1

... ella me dijo que no quería que yo pensara mal de ella, me abrazo poniendo su cabeza en mi pecho y repegando todo su suerpo al mío, yo correspondi su abrazo y le di un par de besos en su frente. 
 Desde ese día noté su cambio y empezó a mostrarse más cariñosa de lo normal conmigo a tal grado que en más de un par de ocasiones estuve a punto de perder la cordura y besarla, pero no quería hacerla enojar y alejarla de mi nuevamente.
   Se acercaba mi cumpleaños y mi hermosa madre me propuso ir a cenar juntos para festejar mi cumpleaños número 29 y así fue.

    Ese día mi madre lució un espectacular vestido negro con un gran escote que dejaba poco a la imaginación ya que hacía lucir su escultural figura, me quedé embobado al ver a mi madre tan arreglada, al ver mi reacción mi madre dio un giro de manera muy sensual preguntando si no era muy vulgar para la ocasión, luces más que hermosa mamá.  
   Salimos de casa a eso de la 7 p.m. y al llegar al lugar de la cena mi madre atrajo la mirada de la mayoría de los comensales en especial la de los hombres. Ya en nuestra mesa lo primero que pedí fue una cerveza ya que la situación lo ameritaba, todos en ese lugar miraban de reojo a mi madre como si fuera el plato fuerte del que todos querían probar. Sinceramente fue incómodo comer así por lo que apenas y probamos la comida y optamos por dirigirnos al bar del lugar, pero prácticamente estaba vacío por lo que optamos por volver a casa antes de la 10 p.m. ya en la casa mi madre me ...

... dio un fuerte abrazo y me dio un beso en la comisura de mis labios para después decir que pidiera un deseo, en voz alta dije que deseaba que esa noche no se terminara para seguir abrazados y luego me animé a darle un pico directamente en sus labios. 
   Para mí sorpresa mi madre solo sonrió y seguimos abrazados por un buen rato, yo sentía como mi corazón se aceleraba y me respiración se hacía cada vez más pesada, pude notar que a mi madre le sucedía lo mismo pero ni uno ni otro queríamos soltarnos el uno del otro,  se que suena estupido pero comenzamos a balancear nuestros cuerpos como si bailareamos una especie de vals. Apenas escuche su voz cuando me dijo... "No seas timido"
   Tarde unos segundos en reaccionar y baje mis manos hasta sus caderas y comencé a masajear su espalda baja, fue entonces cuando me rodeó el cuello con ambos brazos y mirándome fijamente a los ojos nos dimos nuestro primer beso.  Sentí como mi corazón brinco dentro de mi pecho como si quisiera salir de el ala  vez que me perdía en la mirada de mi madre, nuevamente nos besamos pero esta vez nuestros labios se resistían separarse, nuestra respiración empezaba a cambiar a jadeos, para ese momento mis manos estaban posadas sobre las ricas nalgas de mi madre, mientras seguíamos besándonos como si quisiéramos demorarnos el uno al otro, nuestras leguas parecían tener vida propia buscándose al una a la otra y nuestros cuerpos reaccionaban como si quisieran fundirse en uno solo. Mi madre se acercó a mí oído ...