De Sexo, Drogas y Otros Placeres (Parte 4) - Relatos Eróticos

De Sexo, Drogas y Otros Placeres (Parte 4)

Es curioso lo fácil que uno se acostumbra a cualquier situación, incluso a aquellas que parecieran ser imposibles de asimilar. Por ejemplo mi actual encrucijada: convertirme de un chico ordinario a una suculenta mujer para el deleite de Pipe y Sabras, mis proveedores de substancias ilícitas, en virtud de saldar con ellos las acumuladas deudas producto de la adicción a sus narcóticos. Se había acordado que yo fungiría como una nena sensual y sumisa para ellos y a cambio se perdonaría lo que debía e incluso, se me recompensaría con producto gratis por un tiempo, siempre y cuando cumpliera bien mi papel. Por patético que parezca, acepte y es que no tenía otra opción: no contaba con el dinero para saldar la deuda por mi cuenta, más aun, Pipe parecía poco dispuesto a aceptar otra forma de pago que no fuera mi cuerpo luego de descubrirme un día en su casa usando ligero debajo de mi ropa de hombre. La propuesta me dejo sin habla al principio, pues esta implicaba despojarme de mi masculinidad y en cambio ser usado como un mero objeto para el placer de otro, superior hombre. Si bien en secreto disfrutaba de vestirme de chica y masturbar mi culito con cuanto objeto fálico podía, jamás imagine que llegaría el día en que le entregaría mi colita a alguien más, mucho menos a dos sujetos como en esta mi primera vez que aquí les describo; para mí el imaginarme y el vestir como chica eran simplemente gustos culposos, una forma de auto-exploración y mi más grave secreto. Por otro lado debo ...

... admitir que tenía una ligera curiosidad por saber que se sentiría ser usada como putita al servicio de su macho y provocar en el sexo masculino el deseo por poseer el cuerpo femenino. En fin, solo era mórbida curiosidad y tanto hacerla de nena como estimular mi culito eran un mero pasatiempo, una forma diferente de experimentar el orgasmo. Pero como dicen: ¨nadie sabe para quién trabaja¨ y yo que nunca pensé que dicha fantasía sexual tan degradante y vulgat se haría realidad, estaba ahora allí, de rodillas, siendo grabada mientras mamaba con intensidad la verga prieta del señor Sabras, jugueteando sus huevos con mi mano izquierda mientras que con la mano derecha estimulaba el  grueso pito de Pipe con rápidos y frenéticos movimientos hacia arriba y abajo, como ordeñándolo, actos que a ambos tipos les sacaba suspiros, jadeos y otros sonidos de vivo gusto y sonora aprobación. Debo enfatizar que esta era mi primera vez como nena al servicio de dos hombres, no llevaba más de dos horas vestidita y arreglada y de hecho jamás había tenido alguna experiencia gay, identificándome hasta hace poco como totalmente heterosexual, pero por increíble que parezca, ahora me sentía como una chica plena, femenina, sensual y atractiva a las órdenes de sus amos. No había duda alguna: me había adaptado satisfactoriamente a la situación que se me presentaba, tal y como dije al principio; primero para sobrevivir y resolver mis problemas financieros pero ya después, en segundo plano, por puro placer pues ...