Adela y Clara (Lésbico, Transexual, Fetiches) - Relatos Eróticos

Adela y Clara (Lésbico, Transexual, Fetiches)

... sentir cuando me abraza de la cintura con más fuerza) y se le ruborizan aún más las mejillas y el brillo de sus ojos aumenta. Yo, mientras tanto, le acaricio el cuello y el cabello.

 

—Uff… Costa de sortir… Està dura… (Uff… Cuesta que salga… Está dura…)

 

Sigue apretando mientras nuestros labios se funden en un largo beso y oigo el impacto de como deja ir dos excrementos de golpe, chocando con el agua, que, posteriormente, me enseña. Y bastante grandes y duros. Empezaba a oler, aunque ya estaba acostumbrada a ello. Unos segundos después, sigue apretando ligeramente mientras le acaricio sus ruborizadas l mejillas y el cabello y deja ir dos más también bastante grandes. Me enseña encantada el inódoro por dentro. Yo volvía a estar muy excitada.

 

—Uff… Ja estarà, amor… Quin descans. Es tan i tan bonic compartir també aquesta part de la meva intimitat amb tu… Sobretot perquè no a tothom li agrada, més aviat el contrari. Nos volvemos a besar. (Uff… Ya estará, amor… Que descanso. Es tan y tan bonito compartir también esa parte de mi intimidad contigo… Sobre todo porque no a todo el mundo le gusta, más bien lo contrario).

 

Entonces, coge papel higiénico, se limpia, se sube el ...

... culotte, se levanta, me rodea de la cintura con el brazo y tira de la cadena un par de veces. Se limpia y desinfecta las manos. Abre la ventana, echa ambientador de lavanda y enciende incienso de canela por toda la casa. Entonces, salimos del lavabo y nos abrazamos muy fuerte.

 

—Amb tu aquesta nit de Nadal està sent la millor i la més bonica de totes, Adela… T’estimo, amor (Contigo esta Nochebuena está siendo la mejor y la más bonita de todas las que he vivido, Adela… Te amo, amor) —le digo.

 

—T’estimo amb totes les meves forces. Et baixaria la lluna, les estrelles i el cel. Donaria la meva vida per tu (Te amo con todas mis fuerzas. Te bajaría la Luna, las estrellas y el cielo. Daría mi vida por ti) —me dice, besándome la frente.

 

Finalmente, nos sentamos en el sofá, yo me siento en su falda y nos fundimos en un largo e intenso beso. Me sentía tan y tan protegida y amada envuelta en sus brazos… Las agujas del reloj se detuvieron para hacernos eternas. Solo éramos ella y yo. La luna llena de aquella noche de Navidad y parte del casco viejo de Girona, donde vivíamos, nos miraban a través de la ventana. Nunca habrá nadie como ella. La deseo y la amo más que a nadie en este mundo.