1. Adela y Clara (Lésbico, Transexual, Fetiches)


    Fecha: 14/02/2021, Categorías: Erotismo y Amor Tus Relatos Autor: Lesbiana pasiva, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Era aquel día 24 de diciembre. Nochebuena. Mi hermosa mujer. Mi amada. Unos cinco años mayor que yo, alta (mide 1,90), gordita, blanquita de piel, de cabello largo castaño y lacio con flequillo, una tímida y cautivadora mirada de unos preciosos ojos marrones y lleva gafas. Su discreta manera de vestir, ni muy femenina ni masculina, sin enseñar nada como muchas. Pantalones, tejanos, sudadera básica, jersey, chaqueta de cuero… Lo típico. Discreta, pero que a la vez despertaba mi imaginación… Esos pantalones tejanos que dejaban a la imaginación sus abundantes curvas… Sus preciosas y grandes nalgas y sus carnudas y largas piernas… Sus pequeños aunque bonitos pechos abultando por debajo de la sudadera, camisa, jersey o lo que llevara puesto encima… Y sobre todo, esas botas altas o bajas y chanclas negras o marrones de cuero, plataforma y algunas con tacón ancho que casi siempre. Resaltaban aún más su belleza y sensualidad. Su personalidad que tanto me enamora: tímida, introvertida, noble, sin ninguna maldad, cariñosa, protectora, sensible, sentimental, inteligente, culta, nerd (en plan rata de biblioteca), realmente rarita (no de esas tantas que van de únicas y especiales, sino una mujer realmente fuera de lo común). Gironina de pura cepa. Con un «accent gironí» que cautiva a cualquiera, y más con su sensual voz. Ella es Adela, mi amada.
    
     
    
    No puedo estar más enamorada de ella. La amo, en cuerpo y alma. Y ella igual a mi. Y me lo demuestra día a día. Me ama con todo su ...
    ... ser.
    
     
    
    Pues era aquel 24 de diciembre. Me encontraba en el piso en el que vivíamos las dos en Girona, la preciosa ciudad en la que estudié en la universidad y también viví durante tres años. Y la ciudad de la que es Adela, de pura cepa. Yo no puedo ser más feliz. Tengo el trabajo de mis sueños, en la ciudad de mis sueños y con la mujer de mis sueños. ¿Qué puedo pedir más? A veces lo pienso y lloro de felicidad. A veces, cuando Adela y yo nos abrazamos, hacemos el amor… lloro de felicidad. Después de tanto dolor y sufrimiento en nuestras vidas por malas decisiones tomadas, bucles de malestar psicológico en los que nos sentíamos estancadas, por no encontrar un trabajo en el que nos sintamos bien ni cómodas, por no encontrar a la mujer de nuestros sueños, en mi caso, por echar de menos la ciudad de la que tan enamorada estoy… Quien lo iba a decir… Ella también lloraba conmigo, porque vivió un pasado muy parecido al mío y eso es lo que tanto nos ha unido. También el hecho de apoyarnos. Tenemos mucho en común. Nunca he creído en esa frase de «los opuestos se atraen». Es mi alma gemela. Por algo nos enamoramos.
    
     
    
    En fin, a lo que iba. La estaba esperando aquella Nochebuena, sentada en el sofá. Teníamos la calefacción puesta. Yo llevaba un vestido negro y más o menos corto de tirantes y unas medias negras. Yo soy una chica bajita (mido más o menos 1,60), delgadita, blanquita de piel, tengo el cabello castaño lacio y corto por encima de los hombros, los ojos marrones, los ...
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