Con Un Ladrón En Callejón - Relatos Eróticos

Con Un Ladrón En Callejón

... provocándole tanto gusto a él pero tanto dolor a mí que se me hacia eterno. 

Él me bajo y me volteó hasta quedar apoyada de cara contra la pared. Su polla ni había salido de mi intimidad y siguió penetrandome como animal. Trataba de pensar en otra cosa hasta que su mano toco mi clítoris, él lo estaba tocando en circulos hasta escuchar un gemido de mi boca. 

Mi cuerpo se erizó a los pocos minutos y un cosquilleo en esa zona me estaba haciendo perderme entre los pensamientos de mi mente. Quería que no parara. Lo necesitaba. Y estaba mal, porque él era un maldito hijo de puta. 

— Te gusta, ¿no zorra? — dijo en mi oído mientras aceleraba la penetración y sus dedos se movían en mi clítoris. — Estás tan mojada, te gusta.

Era cierto, pero no podía darle el gusto de admitirlo y gritarle que no se detenga. Él lo estaba haciendo sin yo pedírselo. 

De repente una electricidad recorrió mi cuerpo. Mis pezones se enfurecieron y quería más, estaba volando en el placer además de sus embestidas llenándome por completo. 

— Ahhhh... ¡Más! ¡Quiero más! — él lo hacia más rápido y fuerte. Yo había tenido el primer orgasmo de mi vida junto a ese hombre en medio de la oscuridad. Perdí mi dignidad al pedirle como loca que siguiera. 

— Ohh, joder!! — sus chorros llenaron mi intimidad hasta las rodillas y él golpeó sus nudillos contra la pared. Ambos estábamos cansados pero apenas salió de mí se guardó la polla y se fue del callejón. 

Su navaja, así como mi móvil, estaban ahí y todavía me recuerdan aquel horrible día de lluvia en donde un violador me folló en aquel callejón hasta darme mi primer orgasmo. Llevo dos meses masturbándome con la navaja en mi almohada, loca por volver a probar aquella polla.