Todo va mejor - Relatos Eróticos

Todo va mejor

... me tuve que ir solo a tomar el bus hacia casa, con la promesa que el próximo miércoles vendría a visitarlas para la merienda de la tarde.
El lunes me encontré con mis amigos en la Técnica.
-Y ¿cómo les fue?
-¡Fantástico! ¡Las chicas una maravilla! 
-Estuvimos tapando agujeros desde que llegamos hasta que amaneció.
-Las cuatros, todas dispuestas y golosas.
-¡Fue genial! 
-¡El mejor cumple de mi vida!
-¿Y si alguna queda embarazada? – Yo quería bajarlos a tierra…, sin contar la envidia que me daba.
-¿Y yo qué sé? 
-No decían que no a nada. ¡Querían más y más!
-Ya quedamos para el próximo viernes.
-¿Y a vos cómo te fue? 
-Como la mierda. 
-¿Cómo? 
-¿Y qué querés? Conozco a la familia. No podía salir con nadie, además la nena no me dejaba solo en ningún momento.
-¡Jajaja! ¡La cagaste!
-Lo único es que me gané una merienda para la semana que viene. ¡Una vergüenza!
-¡Jajaja! ¡Vas a estar bien alimentado!
-Pero te digo que la nena está muy buena. ¡Varias estaban muy buenas! 
-Pero no podía acercarme a ninguna. Ustedes sí que les ganaron a todos.
-Es que eran muy pibes. Pero escúchame, ¿por qué no te venís con nosotros el viernes próximo? Seguro las chicas se pondrán muy contentas…, y podemos decirles que traigan alguna más…
-¡Ni en pedo! ¡Le van a contar a Tuky, y ésta a los padres!
-¿Y por qué le van a contar?
-¡Porque a los 15 o 16 años todas las chicas hacen alarde de que cogen con chicos más grandes! 
-Y bueeee… -me cargaban. – Vas a tener que tener ...

... paciencia.
-No me jodan.
	Así fue como me quedé con la bronca…, esperando que llegue el miércoles. No sé porque mierda, si de todas maneras no pasaría nada. Tomando el te a las 5 de la tarde. ¡Qué cagada!
Y llegó nomás. Salí del laburo, tome el bondie y fui para la casa de Tuky. 
Ella me esperaba en la puerta.
-¡Qué suerte que viniste! ¡Te estaba esperando!
-Si te dije que venía, venía nomás.
Muy afectuosamente me dio un beso, muy cerca de la comisura. ¿Inocentemente? En fin, Tuky era preciosa. No había nada que decir en contrario. Tenía un short cortito y una blusita muy liviana que traslucía su corpiño y resaltaba sus hermosas tetitas. Bien puntiagudas.
Tuve que hacer grandes esfuerzos para no abrazarla allí mismo. No quería hacer lio ni que ella creyera otra cosa que una “buena amistad”.
Fuimos a la sala e inmediatamente la mamá trajo un chocolate frio con bizcochitos.
-Espero que puedas aguantar hasta la cena. – Me dijo muy solícita.
-Es más que suficiente. En general no como nada.
-¿Ves? Por eso estas tan flaco.
-¡Mamá! ¡Le queda muy bien!
-¿Así? Vos querés que se muera de hambre. - Todas eran risas. 
Tuky se sentó muy juntito a mí y yo la di de mi vaso para compartir. Ella lo hizo muy gustosa, no porque tuviera hambre, sino porque evidentemente le gustaba compartir el borde del vaso con nuestros labios. Parecía bastante excitada.
Pero yo no podía hacer nada, nada, nada. ¡Maldición!
Para colmo había que mirar boludeces en el televisor y compartir una ...