A los 15 - Relatos Eróticos

A los 15

... importarme que sus dedos ya estaban presionando mi ojete.
	-Podemos hacer una cosa a ver qué te parece- dijo el conserje sin dejar de tocarme y mientras se le hacía un bulto cada vez más grande en los pantalones.
	-Lo que usted quiera pero por favor no diga nada – dije esto y lo único que se me ocurrió fue abrazarme a su cuello.
	-No llores más, mira, te propongo algo. Tú me haces caso el todo, y digo en todo lo que te diga y yo no le diré nada ni al director ni a tus padres. ¿estás de acuerdo?-
	Yo, viendo una salida en la que mis padres no se enterarían de nada, creí que me tocaría un rato más el culete y ya está, por lo que acepté el trato.
	-Ok. Vamos a cerrar el trato.
Y mecogió la cabeza y me plantó un beso en toda la boca, con su lengua mojándome todos los labios y la nariz y la cara.
-	Abre la boca, obedece o se rompe el trato.
Y le hice caso y su lengua entro en mi boca casi hasta la campanilla, repasándome los dientes y jugando con mi lengua.
	-muy bien, buen chico. Ahora ponte de rodillas, abre la boca, saca la lengua y cierra los ojos. Y no los abras hasta que yo te lo diga.
	Y volví a obedecer. Abrí la boca lo más que pude, saqué la lengua y cerré fuertemente los ojos. No ví como se bajaba los pantalones y los calzoncillos y dejaba a la vista una polla gorda, llena de venas y de pelos y que olía a meados y que tenía un cabezón como una pelota de golf. Lo que si sentí y olí como me la ponía en la lengua y, cogiéndome de la cabeza y acercándosela hacía ...

... él, iba entrando en mi boca hasta que me rozo la campanilla y me provocó arcadas.
	-Ahora quiero que me la chupes como te estaba haciendo tu amiguito. Pasa tu lengua por mi capullo…así con mucha saliva.
	Yo hacía lo que podía, pero el ritmo lo llevaba el con las manos en mi cabeza. Cada vez movía más rápido mi cabeza y su polla entraba y salía de mi boca toda llena de saliva.
	Pensaba en lo que me había pasado a mi cuando me lo hizo Jose y pensé que cuando le saliera la leche, se acabaría todo. Por lo que me puse a apretarla con los labios para haber si así le salía la leche más rápido. Y le salió. Entre los gemidos de lo que parecía un toro, aquella polla empezó a soltar chorros de leche dentro de mi boca  y, como había acercado al máximo mi cabeza hacía él, esos chorros fueron a parar directamente a mi garganta y no tuve más remedio. O ahogarme o tragármelos.
	Aquel pedazo de carne dejó de soltar chorros de leche y empezó a perder su dureza dentro de mi boca. Yo, sin poder parar de toser, y limpiándome los restos de semen que chorreaban de mi boca, pensé que todo se acababa ahí.
	-Ufffff, muy bien chaval, hacía mucho tiempo que no me la chupaba una boquita tan pequeñita como la tuya. 
	Yo hice el gesto de ir a buscar mis calzoncillos y mis pantalones.
	-Espera chaval... que esto no ha acabado todavía.
	-Pero si ya has soltado la leche, ¿Qué más puedo hacer?
	-¿no lo sabes?, uy pobre nene, ven que te lo enseño- Diciendo esto me cogió fuerte del brazo y de un estirón ...