A los 15 - Relatos Eróticos

A los 15

... sensaciones que estaba sintiendo. Y en mi vida me oí gemir como lo estaba haciendo. Lo estaba gozando y cerré los ojos. Fue cuando noté una humedad y un calor en mi pene que aumentó todavía más el placer que estaba sintiendo. Al abrir los ojos vi que Jose se había metido mi pene, que ya había alcanzado su máximo tamaño y dureza, en la boca y lo sacaba y lo volvía a meter jugando con la lengua con la cabecita roja de mi pene. Y como ya no utilizaba las manos, las pasó por detrás de mí, agarrándome del culete, separándome las nalgas y buscando con el dedo mi ojete. Al sentir como presionaba mi ojete con su dedo, sentí como una corriente eléctrica por todo mi cuerpo y, como reacción,  eche mi cuerpo para adelante y mi pene y mis huevos le entraron por completo en la boca. El dedo seguía presionando hasta que venció la presión y entro en mi culito. Las sensaciones que tuve fueron increíbles. Tuve hasta espasmos que me hacían mover mi cadera adelante y atrás por lo que el dedo entró aún más profundamente. Y me corrí en la boca de Jose. La primera vez que me salía leche, se la bebió toda Jose, que no se sacaba mi pito de la boca y no sacaba el dedo de mi culo.
Solo lo sacó cuando escuchamos que alguien estaba trasteando la cerradura de la puerta, y consiguió abrirla. Y apareció el conserje que, al parecer, nos había visto escondernos y había ido a buscar su llave maestra.
-¿Qué coño estáis haciendo? – vociferó el conserje al verme a mí con los pantalones  bajados y a mi amigo ...

... delante mío a escasos centímetros de mi pito, que aún goteaba algunas gotas de leche.
Jose reaccionó como un gato y saltó evitando al conserje y saliendo a todo correr sin que el conserje pudiera siquiera bajar los brazos para cogerlo. Yo, al intentarlo, no caí en la cuenta que mis pantalones estaban por mis tobillos y, al intentar dar la primera zancada, me dí de bruces contra el suelo.
-¿Qué tenemos aquí? – Decía el conserje mientras me cogía del brazo fuertemente para que no me escapara y me ayudara a levantarme.  Con el pavor que tenía en esos momentos no le dí importancia en la manera que me levanto, pero creo que no fue la más correcta, ya que metió la mano entre mis piernas, tocándome todo el culete y acariciando mi pito.
- Dos mariquitas en acción…esto, cuando se lo cuente al director, es motivo de expulsión- Dijo el conserje mientras se sentaba y me colocaba delante suyo, con sus manos que no dejaban de amasarme el culete.
Yo intenté por dos veces subirme el pantalón, mientras empecé a llorar solo por el hecho de escuchar las palabras director y expulsión, pero él no me dejaba. Al contrario, pisó mis pantalones y me levanto y me los quito del todo.
	-¿Qué crees que podemos hacer?- Decía el conserje mientras no dejaba de tocarme el culo y sus dedos daban vueltas alrededor de mi ojete.
	-Por favor no lo haré más. No diga nada al director, se lo ruego. Mi padre me matará si me expulsan por hacer de mariquita.- Decía yo entre lágrimas y, debido al estado de shock, sin ...