La primera vez no siempre es la mejor - Relatos Eróticos

La primera vez no siempre es la mejor

... contenerme y me vine, arremetí fuertemente contra su culo varias veces, le arranqué varios gritos y gemidos de placer y estallé, dejé mi verga dentro hasta que salió por sí sola, me quité el condón, lo arrojé a la basura y me tendí en la cama exhausto, nos metimos a las sábanas abrazados.

-	“¿quieres saber porqué no quería hacerlo así?”
-	 “¿Porqué nunca lo había hecho?”
-	“No exactamente”
-	“¿Entonces?”
-	“Tenía 17 años cuando tuve mi primer novio, él tenía 24, recién había terminado su carrera y nunca nos habíamos acostado, me daba miedo quedar embarazada, un día entramos a un hotel, yo estaba muy nerviosa, temerosa y le dije la razón, él me dijo que había otras maneras de hacerlo, que no me preocupara, así que después de un rato de estar jugando nos excitamos mucho y trató de hacerlo normal, lo empujé y le dije que no, se enojó mucho, nos quedamos acostados, me pidió perdón y me dijo que lo dejara enseñarme como para que siguiera siendo virgen y no hubiera riesgo de embarazo.

“Pensé que nos íbamos a masturbar, me besó por todas partes, me excité muchísimo, era la primera vez que estaba desnuda con un hombre, hizo que me volteara, me besó la espalda, las nalgas, me pidió que las levantara, me besó la vagina, me provocó mi primer orgasmo, sentí muy rico, no acababa de reponerme ...

... cuando lo sentí dentro de mi culo, fue un horror horrible, me tenía sometida, no podía zafarme, bufaba como animal, sentía que me partía, cuando se vino sentí calientes mis entrañas y un dolor muy fuerte, sentía que había desgarrado algo dentro de mi.  Se salió y se acostó junto a mi, yo lloraba pero no podía levantarme, era un dolor muy fuerte, él intento besarme y lo rechacé, con trabajos me levanté, fui al baño a revisarme, había un poco de sangre que escurría de mi culo, me duché llorando, salí, me vestí, el ya estaba vestido, no dijimos nada, salimos y en la calle me fui por otro lado.

Él me buscó y nunca le respondí, dejé de verlo.  Después de eso, los novios que he tenido, que no sido muchos, siempre han tenido fijación por hacerlo así y nunca lo he permitido, así que puedes sentirte afortunado.”

Su relato me impresionó, realmente no conozco a ningún varón que no tenga fijación por el sexo anal, se que su confesión se debió en mucho al alcohol injerido.  La abracé, la besé y nos quedamos dormidos.

El siguiente día ya sin alcohol, sin decir nada, sólo me puso el lubricante y los condones en las manos, volví a disfrutar de su estrecho culo con el mismo placer que la primera vez.  A partir de ahí no hubo más reticencias de su parte y el sexo anal se había vuelto normal para ambos.