RELATOS DE UNA PUTA - Relatos Eróticos

RELATOS DE UNA PUTA

... que acordamos juntarnos como a las 22 hs.
Me pareció muy atractivo por lo que me preparé bien para lo que tenga que pasar esa noche. Ricardo, ese es su nombre, me pasó a buscar en horario. Nos fuimos a las afuera de la ciudad, un lugar lleno de bares de primera línea, Pub, etc. compartimos unas copas y nos juntamos con unos amigos de él. Ahí me entero que era un médico traumatólogo muy conocido entre los deportistas, formado en el extranjero y que regresó a su ciudad trayendo todas las innovaciones en su especialidad. De regreso a casa lo invito a pasar para pegarnos una buena revolcada, le dije que como yo era la dueña de casa me encargaría de hacerlo pasar una excelente noche. Lo desvestí lentamente mientras besaba su pecho y abdomen, cuando le quité el pantalón me encontré con un hermoso pedazo de carne, me quedé mirándolo un rato mientras lo acariciaba hasta que lo empecé a degustar con mis labios y mi lengua. También lo hacía girar y le besaba la espalda mientras le rozaba mis pezones, y después le llenaba de mordiscos sus lindas nalgas. Cuando lo volví a girar me tragué sus verga con lujuria hasta hacerlo acabar en mi boca. Le mostré como me tragaba su leche y después le limpié bien la verga para montarme sobre ella en un instante ya que no había perdido nada de firmeza. De a poco me introducía un poco más. Él con sus manos me apretaba de mis nalgas mientras su boca me estaba succionando mis pezones poniéndome tan loca que no paraba de gemir y embestía esa hermosa ...

... tranca con mas fuerza y metiéndomela toda. Le dí con tantas ganas que logré que se viniera junto conmigo. Nos recostamos y descansamos un rato, pero como estábamos totalmente transpirados nos fuimos a la ducha a refrescarnos donde se la puse dura nuevamente a mamadas para cogerlo yo nuevamente a él. Se retiro de casa a la madrugada, nos pasamos teléfonos para seguir en contacto, había quedado claro que todo fue casual.
Busco en internet y veo que trabaja en una clínica privada, así que me dirijo ahí con la excusa de buscar un ginecólogo. Fuí muy temprano antes de tener que ir a la facultad y de pura casualidad me cruzo con Ricardo, charlamos un momento y hasta me recomienda el mejor médico para que me atienda acompañándome hacia su consultorio. Se encarga de presentarnos y me quedo para hacer mi consulta. Nos despedimos con Ricardo muy cordialmente.
No me podría haber hecho una mejor elección, Este doctor sesentón mostraba su cara de lujuria. Como se generó ese ambiente de confianza con Ricardo, charlamos un momento para distendernos y luego me hizo las preguntas profesionales.
Me hizo recostar para revisarme mientras charlábamos. Yo también le generaba esa confianza, por lo que él se animaba a más y yo redoblaba la apuesta en cada frase con doble intención que me decía.
Me preguntó por mi relación con Ricardo, le dije la verdad, y fui específica en que fue casual. También le dije que soy nueva en la ciudad así que estaba empezando a conocer el lugar. Nos despedimos y ...