1. Con mi hija, sin que ella sepa


    Fecha: 10/07/2020, Categorías: No Consentido Tus Relatos Autor: AnonymD., Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... contra el aborto puesto que de estar su madre a favor ella ni siquiera habría nacido. 
    
    Si mi hija quedaba embarazada, sin nadie a quien recurrir más que a su padre, no le quedaría de otra más que ampararse en mí. Podría convencerla de que una denuncia sería inútil dado que ella no recordaba nada y además estaba la posibilidad de ser sometida al escarnio público. De jugar bien mis cartas, podría quedarse a mi lado y seguir así durante años. Y quién sabe, quizá con una cercanía tan intensa, podría hacer que ella me viera de otra forma y de hecho tener una vida como cualquier pareja.
    
    Al notar el amanecer procedí a arreglarla y limpiarla de mis restos. Y mientras lo hacía, la loca idea que había tenido fue arraigándose más y más. Tanto que me provocó una erección que necesitaba ser atendida. Pero mi hija no estaba lista todavía de manera que comencé a hacerme una paja con una mano mientras que con la otra estimulaba su vagina. Al sentir que estaba lo suficientemente húmeda, me puse sobre ella y la penetré, sin aguantar más, di unas cuántas acometidas y me vacié en su interior, llenándola de mi esperma y esperando que mis muchachos encontraran el camino hacia algún óvulo para poder fecundarlo. 
    
    La adecenté lo más que pude y fui a dormir a mi habitación. Ya más tarde escuché cómo se preparaba para ir a la preparatoria y salí algo atemorizado de mi habitación para preparar el desayuno.
    Parecía que rehuía mi mirada, y en el momento en el que me dijo que tenía que hablar ...
    ... conmigo entré en pánico. Y si no estaba del todo inconsciente mientras yo la desvirgaba?
    Pero lo que me dijo me dejó anonadado.
    -padre, te pido disculpas por lo de ayer. Ésta mañana al despertar me di cuenta de que no recuerdo nada sobre ayer y quizá bebí tanto que no sé ni siquiera cómo llegué. Te prometo que no volverá a suceder.
    En ese momento sentí el verdadero alivio.
    -No pasa nada hija, admito que me molestó un poco, pero eres joven y todos lo fuimos alguna vez. Lo importante es que llegaste sana y salva, eso es todo.
    De repente la ví dudar, parecía que quería decir algo más pero sólo se despidió.
    
    Ya en la noche, mientras cenábamos y hablábamos de nuestros días, me agradeció una vez más por ser comprensivo. Y de repente me soltó que no quería ir a una de esas fiestas nunca más pues se llevó un buen susto esa mañana. No sólo por no recordar nada sino por que confesó sentir una ligera molestia entre las piernas.
    De inmediato me puse alerta por el miedo a ser descubierto,  lo que ella sin lugar a dudas interpretó como preocupación paterna así que de inmediato agregó:
    - Pero pronto me di cuenta de que esas molestias se debían a que estaba por iniciar mi ciclo menstrual, así que no hay de qué preocuparse. Lamento tener que decirte este tipo de cosas, pero eres la única persona con la que cuento, y de repente sentí mucho temor de que quizá ayer había pasado algo.
    De inmediato me dispuse a tranquilizarla.
    -No hay nada de qué disculparse Mayra. Soy tu padre y me ...