1. Con mi hija, sin que ella sepa


    Fecha: 10/07/2020, Categorías: No Consentido Tus Relatos Autor: AnonymD., Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... dichosa fiesta casi como está en casa, minifalda y camiseta. Sin embargo, antes de salir procuré alimentarla.
    Verán, existen todo tipo de somníferos, aquellos de los que obtienes un efecto retardado fueron mi instrumento. Lo puse en su comida y fui alegremente a dejarla en su fiesta. 
    
    Mientras esperaba a que surgiera el efecto. Fui a dar unas cuantas vueltas, cuando calculé el tiempo propicio, fingí ser un padre preocupado que no pudo evitar dar una segunda vuelta para saber cómo se la estaba pasando su querida hija.
    Nada más ingresar la ví apenas en pie, apoyada en una amiga. Fingí molestia, incluso reprendí a a la muchacha que la ayudaba, echándole en cara que le hubiesen dado a mi hija tanto de beber, en fin, armé un pequeño alboroto para dármelas de padre devoto. Y al final me la llevé a casa.
    
    Una vez dentro no fui capaz de esperar más, de inmediato la llevé a su habitación y la recosté en su cama. Totalmente exánime.
    Comencé a levantar su camiseta, y al llegar a su sujetador, lo bajé para que la presión levantara sus preciosas tetas.
    Y los amasé a placer. Dulce carne joven, rosados pezones que parecían apreciar mi tacto ya que casi de inmediato comenzaron a endurecerse.
    No pude más e incliné mi cabeza para poder succionarlos y ponerlos más duros todavía.
    
    Sentía que mi verga estaba dura a más no poder. Necesitaba más de mi querida hijita. Así que procedí a acercarme a su falda, la subí, pues me daba no sé qué morbo el que su ropa continuará presente.
    Con ...
    ... la falda ya levantada comencé a quitarle las bragas para después abrirle las piernas. Con cierta sorpresa, me percaté de que estaba depilada, lo que sólo pudo hacerme pensar en que esa noche quizá pretendía involucrarse con alguien. Y eso me puso furioso a más no poder.
    
    De inmediato acerqué mi mano derecha tanteando el terreno, quería de una vez comprobar si continuaba intacta pero me detenía la incertidumbre de que quizá no lo fuera. 
    No aguanté más y separé sus sonrosados labios a la vez que la abría un poco más con mi dedos. Sentí un enorme alivio al ver su himen todavía inmaculado. Prueba de que sería el primer hombre de mi hija.
    
    De repente llamarla "hija" me fascinaba, le otorgaba al asunto otra dimensión, un morbo de una magnitud que sólo incrementaría mi placer.
    
    Nada más comprobar su himen intacto me lancé a devorarla. Me puse a lamer sus labios, con especial énfasis en su dulce botón. Podía sentir pequeños espasmos en su cuerpo. Señal de que aunque estuviera inconsciente, ella disfrutaba lo que le estaba haciendo. Pronto se asomó su clítoris, pude sentirlo erguirse contra mi lengua, y yo, incapaz de resistirme, le di un pequeño mordisco que provocó en mi hija un espasmo más fuerte. No sé si de dolor o placer, pero me di cuenta de que cualquier opción me complacía, puesto que estaba logrando humedecerla en ingentes cantidades. Preparándola para recibirme. 
    
    Me erguí sobre ella y comencé a desvestirme. Me quité la chaqueta y desabotoné mi camisa para poder ...
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