Sexo facil en la bodega - Relatos Eróticos

Sexo facil en la bodega

... exagerado (no mucho) le dije que no había ningún problema, que no era para tanto, pero no para ella ya que vi como su mano viajaba hacia mi pene y lo novia sobre mi pantalón diciéndo "que quería ayudarme nuevamente", de obvia manera sabía a lo que se refería, pero diciendo la verdad, estaba muy cansado para aceptar, más que nada y aquí entre nos es muy difícilmente se me para cuando ya estoy súper cansado. Pero como dije, esas cosas no se desaprovechan nunca, así que nos acomodamos un poco más cerca de los estantes para escondernos, ella se acostó acomodando su cabeza en mi regazo para rápidamente sacar mi flácida verga y hacer lo que es bastante buena.

Era una experta dandome oral, consiguiendo que se pusiera duro, su misma técnica igual lamer, chupar, jugar con su lengua y babearla completa, además de aprovechar de que podía manosear sus piernas, nalgas, cabello, etc al estar acostada.

Ya luego de 10 minutos me vine en toda su boca, ya que puse mi mano en su cabeza para que no la sacara de su boca, y que al parecer no le pareció importarle, incluso se comió el semen que había expulsado, ya solamente una vez limpia su boca me dió un beso en la mejilla y decirme que ya bajaramos, pero tenía yo otros planes.

Al incorporarse Celeste, rápidamente la abrase por atrás apresandola aún con mi pene fueran sientendo sus nalgas sobre su falda meneandose para zafarse sin éxito.

Ella un poco nerviosa pensando en que me la iba a coger (tal vez) casi rogando que la soltara, ...

... pero ya entre forcejeo y palabras, logré meter mi mano en sus medias y pantaletas y meterle dos de mis dedos, una vez haciendo ese contacto ella dejó de moverse, para luego gemir; dedeaba y jugaba con su concha húmeda aprovechándome de ella. Celeste no hacía más que gemir y decir lo mucho que le gustaba, lo malo era que era un poco ruidosa al punto de taparle su boca para que no hubiera algún problema, es más no le importó ser precavida por si alguien miraba. No pasó mucho tiempo hasta que ella lanzó un pequeño chorro y dar pequeños espasmos lo cual hacia saber que se había venido, ambos nos tiramos al piso sentándose en mi. Ella jadeaba bastante, y se notaba su cansancio, pero no impidió darme un codazo en mi pecho y decirme menso, al final ambos nos reímos y sin nada más que decir nos arreglamos e irnos; Ahí fue donde se volvió una rutina.

El casi mes y medio que duro la temporada, Celeste y yo nos dábamos escapadas a la bodega con cualquier pretexto, solo para darnos un faje y/o sacarnos el estrés como así lo definía ella, dándome sexo oral y/o dedearla, igual llegaba a lamerle su vagina pero le encantaba más jugar con con mis dedos en su interior; inclusive ya se llegaba a dar el chisme de lo nuestro, ya que llegábamos a subir bastantes veces en un solo día, aunque nos las arreglamos para que todo fuese mentira.

A pesar de eso nunca llegué a tener algo más físico, es decir sexo, lo único más cercano se sentir su cuerpo con mi pene, es cuando la tengo abrazada mientras ...