1. Cuál es el límite de una madre


    Fecha: 03/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Casada, Fuente: CuentoRelatos

    ... inconscientemente lo acariciaban más y más. Era divino sentir sus manos acariciando mis cabellos diciéndome suavemente que me quería, que me amaba.
    
    Su olor me tenía embrujada, me sentía en las nubes, frotaba mi rostro contra su pecho, sintiendo como había crecido mi bebe, no pensaba en nada mas, solo quería acariciarlo. Estuvimos mucho rato acariciándonos así, suavemente, sin decirnos nada, veía su pene creciendo dentro de su pantalón, pero no me provocaba rechazo, era natural, era un hombre, además a mis 45 años tampoco estaba tan mal y me sentía muy sensual al saber que podía provocar eso en un joven tan guapo como mi hijo.
    
    Comencé a besar su pecho. EL sabor de estera divino, que rico olor, que me estaba pasando era mi hijo… Pero sentía que lo que hacía era amor, amor verdadero, amor de madre… además mi cuerpo recordaba esos momentos vividos en mi sueño, no podía parar, no quería parar…
    
    Sabía muy bien lo que esos besos estaban provocándole a mi hijo, y por más que me quería detener su mano acariciando mis cabellos, guiándome hacia abajo, era algo incontrolable.
    
    Cada vez más abajo, ya sin ser besos pasaba mi lengua por su pecho bajando más y más, mientras ese bulto crecía a cada movimiento mío… Mi cuerpo se estremecía al sentirme tan cerca de su verga. Hace años que no tenía nada con nadie y me estaba quemando de deseos. Trataba de controlarme pero era inútil, mis manos desabrochaban la correa sabiendo perfectamente con lo que encontraría.
    
    Que estaba ...
    ... haciendo!!! Mis manos acariciando el pene de mi hijo!!! Tenía que parar, pero algo se apoderaba de mí, sentía mi sexo quemarme de deseos. Hace años que no veía una verga tan hermosa, tan dura, tan limpia, tan exquisita, y que fuera la de mi hijo me provocaba un morbo mayor aun… No me di ni cuenta cuando comencé a besársela. Era divina, sentir eso al contacto de mis labios… casi acabo con solo abrir mi boca y comenzar a metérmela…
    
    Que divino pedazo de verga tenía mi hijo. Y sentirlo suspirar cada vez que la metía a mi boca y la chupaba como enviciada. Trataba de detenerme pero mi cuerpo, mi sexualidad me pedía más y más verga. Quería sentirla toda adentro de mi boca. Quería llenarme de verga… sentía mi sexo hirviendo ya completamente mojado.
    
    Pensaba en mis creencias religiosas, en la moral, en el pecado, sabía que lo que estaba haciendo iba más allá de todo lo permitido, pero de todas formas no podía parar, mi cuerpo lo necesitaba.
    
    No sé dónde saque fuerzas y traté de parar y le dije a mi hijo que no lo podía hacer, más el sin escuchar a mis peticiones me besó fuertemente y me comenzó a desvestir. Quería detenerlo, pero al igual que mis sueños, mi cuerpo no respondía y me dejaba llevar por sus deseos…
    
    -Andrés... por favor... esto no está bien!
    
    -Madre... te deseo… te quiero
    
    -Andrés por favor… déjame ir!
    
    -No mamá... ni lo sueñes.
    
    -Andrés... para tu que yo no puedo!
    
    -Déjame tocarte mami…
    
    Mi cuerpo casi completamente desnudo y Andrés besándome por todas ...