Mi amor prohibido - Relatos Eróticos

Mi amor prohibido

... nuevamente me beso, esta vez sus besos bajaban por mi cuello hasta mis pechos, sentía desmayarme, metió sus dedos en mi vagina que ya estaba muy húmeda y luego los metió a su boca y seguía besándome; agarró una de mis manos y lo llevó a tocar su pene. 
Era la primera vez que tocaba el pene de un hombre, esa cosa estaba caliente y muy dura, mi cuerpo quemaba y temblaba.
Mientras yo acariciaba su pene él me dijo que sabía bien que los espiaba en la noche y que quería que sienta lo que mi hermana, en eso bajó mi  desabrochó el pantalón y me lo bajó junto con mis bragas hasta más abajo de las rodillas, como era un jean estrecho era difícil sacarlo completamente, en eso reaccioné nuevamente y lo empujé, no quería que me saque el pantalón.
Agarro fuerte mis manos y me aplastó y cuando me di cuenta el había metido sus piernas entre las mías  y quedamos como amarrados, con las piernas flexionadas y quedé totalmente expuesta a su pene.
Aún así hacía esfuerzos por quitármelo pero fue imposible cuando sentí que pene bordeaba mi vagina supe lo eminente, mi corazón latía mucho más fuerte.
Me dijo tranquilízate, mejor disfrútalo… con una mano agarro mi nalga y con la otra puso su pene en línea con mi vagina y recuerdo como si fuese ayer como su pene iba rompiendo y abriéndose camino centímetro a centímetro en mi  vagina virgen. En esos momentos solo lloré  y lo abrasé más fuerte, sentí un gran dolor al principio; y aunque tenía mucho miedo era como si mi cuerpo lo quería. 
Cuando ...

... me penetró hasta el fondo quedó ahí un buen rato, sentía como mi sangre brotaba y corría por entre mis nalgas. 
Pedí que no se moviera, era extraño… esa cosa dentro de mi, miles de cosas pasaban por mi gente,  me dolía mucho, al mismo momento empecé a sentir un calor que inundaba mi cuerpo, luego de eso no pude contener más; mi vagina explotaba, hacia como una especie de contracciones y apretaba ese pene como intentando sacarlo, mientras tanto él me besaba mis pechos durísimos,  metí mis uñas en su  espalda, salían líquidos fue una sensación nunca imaginada,  no aguantaba más pero tampoco quería que lo saque. 
Al rato empezó a meter y sacarlo despacio, su pene ardía, quemaba en cada penetración. No pasó mucho tiempo y  me dice al oído: ”de hoy en adelante eres mía para siempre, quiero llenarte de semen tu vagina”. No sabía qué mismo pasaba y aunque tenía miedo le dije Soy tuya hazme lo que quieras.
Casi inmediatamente su pene eyaculó dentro de mí, esa sensación fue tan maravillosa, algo caliente recorría mis entrañas y a la vez él se retorcía más, luego de eso quedamos un rato juntos; mi primera vez no fue planificado pero fue extraordinario. 
Pasaron unos 15 minutos, estábamos desnudos, sus piernas aún dentro de las mías, quería levantarme pero no me dejó, él estaba listo para el segundo round. Agarró mis nalgas y me penetro nuevamente, solo me deje llevar, era suya totalmente. Sus movimientos sacaban más fluidos de mi cuerpo que corrían por mis entrepiernas. Esta vez el ...