CHANTAJEANDO A PAPÁ I - Relatos Eróticos

CHANTAJEANDO A PAPÁ I

... seguir mi camino haciendo como si no hubiese escuchado ni visto nada, pero me acerqué al hombre. 
Tendría unos 50 a 55 años, vestía un pantalón de jeans y una camisa con tres botones abiertos, los vellos salían por allí algunos ya blancos, pero en su mayoría negros, me dijo que era peligroso andar por las vías del tren, que estaba prohibido, yo bajé la vista un poco rojo de vergüenza, pero al mismo tiempo para fijarme en el bulto que sobresalía de su pantalón, cambié mi mirada hacia el costado, pero luego volví a mirar aquello,  sabía que el desconocido se daba cuenta de mi mirada, en cualquier momento me diría algo, me echaría de allí, diría insultos, yo correría por las vías sintiéndome avergonzado y pidiendo en mi interior que jamás se enteraran mis padres de lo que sucedió, pero nada de eso ocurrió, vi como la mano del hombre se tocaba sobre el pantalón, acariciando su miembro, mi boca estaba llena de saliva de nuevo, alcé la mirada, el hombre también me miró directo a los ojos, ambos sostuvimos la mirada, mi cuerpo tembló entero, era la primera vez que un hombre sostenía su mirada con la mía.
Sin decir nada, el desconocido tomó mi mano y la llevó a su pantalón, gemí al sentir por primera vez el pene de otro hombre, no aguanté ni un segundo, bajé el cierre del pantalón y saqué su verga, la primera vez que tenía un pedazo de carne de macho en mi mano, quise llorar de la emoción, sin esperar invitación me arrodillé y aunque nunca había chupado un palo lo metí en mi ...

... boca cuanto pude, lo recorrí con mi lengua, lo atrapé todo con mis labios, por mí me hubiese metido hasta sus huevos también, no quería soltarlo, mi cara estaba pegada a su estómago, sentía sus vellos púbicos en mi cara, su olor a macho, saqué su pene de mi boca un segundo y metí ambos huevos en ella, que delicia, me comí completos esos testículos grandes, gordos, cubiertos de pelos, los pelos quedaban atrapados entre mis dientes, saqué algunos y los guardé en mi bolsillo, serían un recuerdo eterno.
Volví a meter aquella herramienta en mi boca, con ambas manos acariciaba su culo, lo apretaba contra mí, estaba tan ansioso que deseaba devorar aquel hombre, de pronto sentí como gemía fuerte y sus movimientos se hacían más rápidos, su verga se endureció aún más y lanzó un chorro caliente en mi garganta, sentí que moría de placer, me comía con ansías su leche, sin tocarme eyaculé sobre el suelo y seguí tragando semen.
No quería ponerme de pie, seguía chupando sus huevos, su estómago, su verga. Después de un rato corto su verga comenzó a dar señales de erección, yo no dejaba de estar caliente en todo momento. El hombre me levantó y puso saliva en mi ano que palpitaba, luego acercó su miembro pasándolo por todo mi culo, sentí como la cabeza de la verga jugaba con mi ano, no pude más pidiéndole por favor que me enterrara esa maza de carne hasta el fondo de mi culo. Di un grito al sentir como aquel hombre sin compasión alguna metía de un tirón su verga en mi culo, tuve ganas de salir ...