1. Una noche en el calabozo


    Fecha: 13/02/2020, Categorías: Sexo en Grupo Tus Relatos Autor: Kalu Arba, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... seis miembros de los seis policías iban de un lado a otro en mi cuerpo. Entraban por todos lados sin pedir permiso. Me pegaban nalgadas, me insultaban, me daban duro. Me hacían chuparla, me la sacaban, escupían dentro de mi boca y me la volvían a meter hasta la garganta. Me hacían ahogar, me hacían gemir, me daban duro.
    
    Estaba yo sola con seis tipos muy mayores que se divertían conmigo como si fuese su juguete, sus pijas grandes y mojadas me las pasaban por todos lados. Me hacían lamerles hasta los huevos, me apretaban las tetas y pasaban sus miembros por allí. ¿Ya dije que me daban duro? Es que me dieron duro toda la noche. 
    
    Después se pararon, me agarraron y me acostaron en la mesa, pero esta vez boca arriba. Mi cuerpo estaba expuesto sobre la mesa, mis brazos, mis piernas y mi cabeza colgaban como si estuviese dormida. Un policía me lo hacía por la boca y los otros se masturbaban. Algunos me tocaban los pechos, otros la vagina. Sentí la leche caliente de uno de ellos caer sobre mis tetas. De repente me empujaron al suelo, me agarraron de los pelos y me hicieron arrodillar. Uno de ellos me gritó que abra la boca, pero a propósito, simulando un capricho, no lo hice. Quería que me pegara y luego de que lo hizo la abrí. La pija enorme estaba otra vez delante de mí, el policía me dijo: 
    
    —Harás lo que yo te diga, si no, te meteré una pata de la mesa por el culo, ¿entiendes? 
    —Sí, señor —le contesté irónicamente entre risas como si estuviese borracha de placer. 
    —Me ...
    ... la agarrarás y me la escupirás. Luego, la pondrás en dirección a tu boca abierta y la masturbarás con los ojos cerrados. Cuando te llene la boca de semen no te lo vas a tragar ni lo vas a escupir, lo vas a mantener allí. ¿de acuerdo?
    —Sí, señor —repetí asintiendo con la cabeza, con los ojos achinados y riéndome otra vez.
    
    Y lo hice, hasta que sentí el cálido néctar blanco caer sobre mí. Me ensució toda la cara y eso que la mayor parte quedó en mi boca. Después se corrió y tuve que hacer lo mismo con los otros cuatro policías que aún no habían acabado.  
    
    Cuando terminaron estaba bañada en leche, la boca me rebalsaba y me obligaron a tragar todo junto. Lo hice, pero una parte salió de mi boca ensuciándome la barbilla y cayendo sobre mis tetas. Los policías se reían, jodían entre ellos mientras se vestían y luego se fueron. 
    
    Yo me quedé ahí, tirada en el piso. 
    Me habían hecho lo que quisieron. Fueron agresivos. No tuvieron nada de piedad conmigo (tampoco la quise). 
    
    Intenté contar la cantidad de orgasmos que había tenido en esa noche, pero no pude hacerlo. Mi cuerpo palpitaba de placer.
    
    Me quedé sola, desnuda, llena de leche y con todos los agujeros abiertos e irritados. Estaba pegajosa por los fluidos, tenía los pelos desparramados y me reía como si hubiese tomado vodka toda la noche. No había más voces en mi cabeza juzgándome, las preguntas habían desaparecido. Por primera vez en mi vida podría decir que estaba plenamente complacida y con la tranquilidad de ...
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