1. Una noche en el calabozo


    Fecha: 13/02/2020, Categorías: Sexo en Grupo Tus Relatos Autor: Kalu Arba, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... dedo en ese momento. 
    
    —Ahora ven tú, Lucas —dijo uno de los policías. 
    
    Mis ojos se abrieron como nunca antes, el voluminoso miembro estaba golpeando mi cola, se la agarró y la movió alrededor de mi vagina por un rato. Intenté fingir que no quería, aunque sin éxito. La realidad es que deseaba como nada en el mundo que comenzara a penetrarme, y lo hizo. Su pija empezó a entrar lentamente en mí, no puedo explicar lo mojada que estaba en ese momento. Sentí que el policía me abría al medio. Me pego en la cola, me gritó “¡puta!” y la empujó para adentro. Comenzó a moverse lentamente y hasta que la sacó. 
    
    Tenía ganas de suplicarle a gritos que me la metiese de nuevo, realmente estuve a punto de hacerlo, pero opté por quedarme callada.
    
    El policía se acostó en el piso y me hicieron sentarme sobre él para que me vuelva a penetrar. Agarró con fuerza mis nalgas y me levantó un poco para poder moverse él y así comenzó a darme muy duro mientras abría mí culo, dejando mi pequeño agujerito al descubierto y golpeándolo con sus testículos. 
    
    Esa verga enorme entraba y salía de mí una y otra vez. Estaba tan lubricada que parecía que me había pasado aceite antes de hacérmelo, y menos mal, porque si no hubiese sufrido más que gozado. Él me tomaba del cuello y apretándome me miraba a los ojos para que presionará contra él, le encantaba que me la metiera entera y que siga presionando como si sus huevos también quisieran entrar.
    
    De repente alguien me había escupido en el culo y ...
    ... sentí que me metieron un dedo. Luego fueron dos dedos. Luego, tres. 
    
    Dos policías se bajaron los pantalones y se pararon delante de mí, me hacían chupar un rato una pija y luego la otra, me movían tirándome de los pelos y cada vez que me sacaban una de la boca para meterme la otra, me hacían sacar la lengua para golpearlas en ella. 
    
    Luego sentí otro cuerpo acercarse por atrás, sentí que me escupió en el ya dilatado agujerito de mi culo y comenzó a penetrarme por allí. 
    
    Admito que me dolió cuando entró, pero después no tanto, de hecho, comenzó a gustarme demasiado la doble penetración. Los policías que tenía adelante me hicieron comerles las dos juntas, me chorreaba la saliva por la boca y estaba mojando mis pechos. 
    
    Cuando me percaté había cuatro hombres en mi cuerpo y dos más a los que estaba masturbando.
    Los seis me estaban usando a su antojo. Me sentía un objeto y eso me excitaba aún más. Se cambiaban de lugar cuando querían, pero al final todos me habían dado por la cola, todos habían abierto mi vagina y todos me usaron la boca.
    
    Esa noche hicieron todo lo que quisieron hacer. De vez en cuando me lo hacían lento, sacándola casi por completo y metiéndola lentamente hasta el fondo, apreciando todo el recorrido. Otras veces me daban duro, haciendo que suenen mis nalgas mientras me jalaban el pelo y me gritaban obscenidades extremadamente oportunas. Me la sacaban, me escupían la vagina y me la volvían a meter, o me la sacaban y me la metían por el culo. 
    
    Los ...
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