1. La amorosa hija (Parte 12)


    Fecha: 18/11/2017, Categorías: Microrelatos, Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... Mark?”, preguntó Anne.
    
    “Sabe de mis sospechas, perdóname”, contestó Estela. “Prometo aclarar todo”.
    
    “No me preocupa”, dijo Anne calmadamente, “sé que lo manejarás bien”.
    
    “Una cosa si te pido sis”, dijo Anne, “y es que esto quede entre nosotras. Que papi y Raúl no se enteren jamás. ¡Júramelo!”.
    
    “Te lo juro, sis”, dijo Estela. “Será un secreto de confesión, haz de cuenta”.
    
    “Un favorsotototote”, dijo Estela.
    
    “¿Me podrás copiar las fotos? De verdad, ¡me encantaría tenerlas! Has despertado en mí una faceta que no conocía. ¡Te confieso que me provoqué dos orgasmos viéndolas!”, dijo. “¡Nunca había visto nada porno, y verte a ti con papi como protagonistas me enloqueció! ¡Está re-bien el condenado viejo!”.
    
    “¡Y coge mejor!”, precisó Anne. “¡Es una bestia sis! ¡Tiene una energía que ya la quisieran Mark o Raúl! Deja tú la energía… ¡la vergota!”.
    
    “Oye, pero ¿Cómo le hace para tener sexo tan intenso por tanto tiempo?”, preguntó Estela, “digo por el viaje y por la cogedera que traen aquí.
    
    “Le di Cialis”, confesó Anne. “No quería, pero ya es un convencido”.
    
    “¡Que bruto papi! ¡Con 65 años darte de esa manera!”, dijo Estela.
    
    “Bueno, ¿y aquí? ¿Cada que tanto se ven? ¿Lo hacen muy seguido?”, continuó Estela.
    
    “¿Aquí? Le tuve que poner horario. Los jueves son de él. Me coge cada jueves. Son los jueves de papi, así les puse. Se nos estaba saliendo de control. Cogíamos un día y el otro también. Nos dio pendiente que nos fueran a sorprender, y a mí su salud, y ...
    ... la mía, claro, ¡y luego tú con tus preguntas pendejas!”, dijo Anne. “Ya no soy una jovencita tampoco”.
    
    “Y culeamos en mi casa también algunas veces”, confesó Anne.
    
    Se quedaron un rato en silencio, repasando una vez más las fotos. Anne notó en la expresión de su hermana que se había vuelto a calentar, y ella también. De hecho, Anne no las había visto todas.
    
    “Te las traeré en un USB para que no batalles y las puedas disfrutar cuando quieras, sis”, dijo Anne.
    
    “Es lo más caliente que he visto en mi vida… ¡mi propia hermana con mi propio padre! Nunca pensé que me ocurriera esto. Yo venía en otro plan”, continuó Estela.
    
    “Mismo que te falló por atrabancada, metiche, coda y pendeja, sis”, dijo Anne.
    
    Estela la miró con cara de interrogación, riéndose.
    
    Anne continuó. “Nos hubieras pillado en el hotel si no se te hubiera olvidado cargar el GPS que pusiste en el carro de papi. Espero que el de mi camioneta si sirva”, dijo riéndose.
    
    “Los ubiqué en el hotel, pero ya no estaban cuando llegué”, confesó Estela.
    
    La perseguidora se volvió perseguida. No le quedó más remedio que carcajearse con su hermana tras haberla descubierto. “Pero tuviste éxito, sis. Probaste tu punto… ¡por intrusa!”, dijo Anne, haciéndola reír de nuevo, mientras pasaba por enésima vez las fotos.
    
    Anne notó la respiración de Estela más agitada y lo reflejaba en su cara: estaba muy excitada…, igual que ella, pero percibía que estaba en una condición más explosiva dada su casi inexistente vida ...
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