1. La amorosa hija (Parte 12)


    Fecha: 18/11/2017, Categorías: Microrelatos, Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... ella. Estela alzó su copa y brindó: “por nuestra relación y eterno cariño”, dijo. Anne sonrió con reservas y brindó.
    
    “Antes que nada, quiero decirte que me das mucha envidia, sis”, empezó Estela.
    
    “Tienes una familia hermosa, una vida hermosa y has hecho un excelente papel de cuidar a papi y darte tiempo para ser su compañera, esposa y madre de familia”, continuó.
    
    ¿A dónde se dirigirá esta serpiente?, pensó Anne.
    
    “Tu familia está asombrosamente bien, me da muchísimo gusto, pero eso no es lo que me trajo aquí en primer lugar, sino papi. Quería conocer su rutina, tu trato con él, ya sabes, enterarme sobre porqué está tan recuperado. Como se lo dije y te lo digo, has llenado el lugar de mami increíblemente sis, y lo menos que puedo hacer es agradecértelo”, prosiguió.
    
    “Eres sus ojos, su vida, su soporte…, su…, todo”, dijo con notable agradecimiento en su voz.
    
    Anne se sintió movida por las palabras de su hermana y sonrió relajada.
    
    “Y si a eso le agregamos que eres una formidable amante… por lo visto…”, finalizó.
    
    Anne dejó su copa de golpe en la mesa y comenzó a levantarse, decepcionada y enojada por haber caído en la jugada de Estela, pero ésta la detuvo del brazo.
    
    “¡No sis, no te fastidies conmigo, en buen plan!”, intervino, pidiéndole a Anne que se sentara.
    
    Estela se puso de pie. “Por favor, espérame por lo que más quieras. No te vayas sis”, le pidió. El corazón comenzó a latirle aceleradamente a Anne, presa de nerviosismo.
    
    Se dirigió al estudio ...
    ... de su padre. Anne escuchó un cajón abrirse y le dio un trago a su vino, pero sintió su mundo derrumbarse cuando vio lo que Estela traía en la mano: la cámara digital de su padre.
    
    “Por lo visto…”, repitió Estela.
    
    Anne cerró sus ojos y puso su cabeza entre sus brazos. Estela puso la cámara entre ellas. Anne pensó en arrebatarla y salir corriendo, pero ciertamente ya le constaba y solo empeoraría las cosas.
    
    Estela la miró, y comenzó a acariciar su pelo. Anne comenzó a llorar, poniendo sus manos en la frente. Estela la abrazó mientras Anne lloraba desconsoladamente en su hombro.
    
    “Ya sis, tranquila”, dijo Estela, con un tono de voz como el de una madre calmando a una hija, pero Anne no paraba de llorar.
    
    “Son unos locochones tú y papi, ¿eh? La verdad, se la pasan a todo dar. Si eso lo ha mantenido como está, pues… ¡que así sea sis!”, siguió Estela.
    
    “A ver, esta foto… la tomó aquí, ¿verdad?”, dijo Estela mostrándole la foto donde aparecía desnuda abrazando a su padre.
    
    Anne vio el monitor y solo asintió con la cabeza.
    
    “La verdad sis”, dijo Estela con animada voz, “me das envidia. Tienes a tu maridito y a papi para que te den pa’tus chicles y… ¡todo en familia!”, notando que Anne se comenzó a tranquilizar, pero seguía muda, gimiendo, perdiendo su mirada por la ventana, y bajando la cabeza de nuevo.
    
    “Oyes sis, ¡pero qué barbaridad ¿eh? ¡Mira nomás como te dejó la cara!”, continuó al poner frente a ella a primera foto de la serie.
    
    “Pero lo que si sis, ¡cómo ...
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