Daniela, mi asistente - Relatos Eróticos

Daniela, mi asistente

... adelante ella exclusivo de ella. Solté una carcajada pues eso ya lo había hecho antes cuando salía con las vendedoras, por alguna razón lo olvidé, pero esta vez, la cosa era muy ventajosa para mí, pues el vestido se hizo aún más corto y podía ver mejor las piernas y al fondo un pequeño triangulo blanco de su ropa interior. Por unos dos segundos pude contemplar más de esas piernas exquisitas cuando subió el vestido para acomodarlo más, pero no, lo dejó aún más corto, le dije que mirará atrás a ver si venia algún auto, ella lo hizo mientras yo miraba su exquisita entrepierna, bajé el retrovisor y lo dejé para verla directamente. Retrocedí y arranqué rumbo al hotel Crowne Plaza, donde tendría mi reunión.

Cuando llegamos, mi cliente estaba con un gerente, ambos no podían dejar de ver a Daniela, se maquillo tan bien en el auto, se hizo una media cola y se veía como una modelo en todo su esplendor, Andrés quedó impactado, tanto así, que no paró de admirarla y piropearla, al punto de ofrecerle mejor puesto y mejor salario, que descaro, yo solo sonreía.

Terminamos la reunión y cerramos el trato, el me pidió que por favor la llevara a cada reunión y evento, ya que, le agradaba ver rostros frescos y sonrientes. No dio tiempo de comer, además, una llamada hizo que Andrés terminará más rápido la reunión, por lo cual, nos dejaron 4 platos pagados, pero solo usaríamos 2. Pregunté al mesero que podíamos hacer y me dijo que podía consumirlos en habitación, lo cual me sobresaltó y ...

... sonreí nervioso, volteo a ver a Daniela para explicarle y cuando me disponía ella aplaudió y dijo que era genial, que era su sueño ver una habitación de este hotel y que si podíamos comer allí. En ese instante mi corazón palpitó más fuerte, al punto de pensar que era una trampa de mi esposa, no podía ser tan perfecto, no podía serlo. Pero más temeroso que animado, acepté el trato. A los 5 minutos me llegaron a dejar la llave, la 715, 2 pisos antes de la azotea, de ahí puedes ver toda Managua.

Entré al ascensor y ella sonrió, me golpeó el hombro y dijo algo que me dejó tranquilo y excitado. Jefe, esto hay que aprovecharlo, pero ya sabe, que sea un secreto. Si, dije yo, es una trampa, así que me desanimé por que dije que no podía correr con tanta suerte. Pero me empezó a ganar el deseo. Cruzó los brazos y empezó el ascensor a subir. Sentí una eternidad.

Ella me preguntó, ¿Jefe, siempre es así de callado?
Sonreí un poco nervioso y le dije, solo cuando tengo una mujer tan hermosa a mi lado, me pones nervioso le dije, me di vuelta y quedamos frente a frente, ella me miró directo a los labios y sólo escuché decirle, que rico… cuando sonó el ascensor y llegamos al cuarto.

Estaba la comida ya servida, el aire acondicionado a buena temperatura y las cortinas abiertas, las grandes ventanas dejaban ver un hermoso paisaje natural, ella saltó del ascensor como niña en un parque, se fue a las ventanas y admiró la hermosa ciudad, luego se quitó los zapatos y se hecho a la cama, se dio ...