1. Daniela, mi asistente


    Fecha: 14/10/2019, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Santi, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Daniela, con apenas 19 años cumplidos, quizás con las ganas de comerse al mundo como nadie he visto, y claro, con esa edad es común el ímpetu y la desbordada energía.
    
    Llegó a mi oficina por recomendación de una amiga, Daniela era su ahijada, y necesitaba empezar a tomar experiencia. Yo tenía una pequeña oficina, éramos 6 trabajando, todas mujeres, por razones que ni yo mismo me había dado cuenta. Mis 3 ejecutivas de ventas, lindas y sexis, me gustaba verlas cruzar las piernas mientras yo hablaba. Mi esposa, con la que hacia todo lo que deseaba un hombre, mi contadora, una mujer muy fitnes, y la diseñadora, una joven de apenas 21 años. Daniela pasaba a ser la más joven.
    
    Por insistencia y recomendación de mi esposa, puse el anuncio de la vacante, y fue ahí cuando mi amiga me recomendó a su ahijada. Debo decir que no me esperaba lo que vi, una jovencita con un vestido marcado a la piel arriba de la rodilla, lo suficiente para ver como empezaban a formarse sus gruesos muslos, con paletones, color gris, tacones negros punta fina, cabello planchado y unos pequeños lentes para sol. Me quedé sorprendido, muy adentro de mi claro, mi esposa estaba feliz y sonriente por la nueva, ya que, le aportaba frescura a la oficina.
    
    Le mostraron su escritorio, un nuevo que recién ayer habían instalado a la puerta de mi oficina, le explique la línea directa, los reportes y como debía tomar nota. Ese mismo día tenía una cita con un importante cliente y debíamos almorzar, por lo cual agendé ...
    ... para que mi esposa fuera, pero ella, claro, me dijo que no, que para eso era Daniela, que ella vería otros asuntos y me dejó a solas con Daniela.
    
    Le di los números para confirmar en el hotel y le pedí que confirmara con nuestro cliente. Lo hizo desde mi teléfono y fue ahí donde empezó todo el problema. Ella, al no tener donde sentarse y anotar, se apoyó en mi escritorio, bajando la mitad de su cuerpo para anotar, esto hizo que el vestido subiera de la parte de atrás dejando aún más vista para ver sus piernas, no me pude concentrar, de pronto, se abrió un poco y fue demasiado, alcancé a ver más de su cola que lo que yo hubiera imaginado, se veía lo blanco de su ropa interior, fue apenas una estela, pero lo suficiente para respirar hondo y sentir un pequeño pulso en mi entrepierna. 
    
    Terminó la llamada, con un sensualismo sonrió y me dijo que estaba listo, sonreí un poco y le dije que trajera unos expedientes, sonrió y salió de mi oficina, no sin antes moverse con un marcado movimiento de cadera. Fue un espectáculo. Me quedé pensando en ese instante de su cola, su ropa interior y por un instante me dejé llevar por la ilusión de tenerla para mí.
    
    En eso, entró efusivamente con los expedientes, empezamos a trabajar en ellos y nos dieron las 11:45, justo el tiempo para salir y llegar a la reunión. Busqué a mi esposa, pero no estaba, encendí el auto y Daniela se sentó atrás. Le pregunté que por qué no se hacia adelante, y me dijo que mi esposa le había dicho que el lugar de ...
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