1. Relato 4 - Piel y leche - Danila Crossintima


    Fecha: 06/09/2019, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: danila_cd, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... dedos, a magrear mis cachetes. Después de un ratito, se recostó boca arriba y me dijo - ahora sí. Yo entendí inmediatamente así que me acomodé sobre él. Puse un poco de saliva en su pija y con otro poco humecté más aún mi cola, aunque seguramente ya no era necesario. Entonces, orienté su falo a la entrada de mi culo para que su cabeza apuntara a mi interior, apenas empezando a abrir los labios de mi ano. No sé si estaba sugestionada, pero la sensación de la piel de esa pija dura como una piedra en mi anillito era maravillosa. Empecé a presionar para meterlo. En un par de movimientos de subir y bajar ya podría haber estado adentro, pero yo quería sentir esa cabeza entrar y salir, acariciarnos la piel con la piel, recorrerme, palpar y abrazar el tronco de su pija con las paredes de mi ano. Eso hice. Me encantaba disfrutar ese trozo de carne dentro mio, haciendolo entrar y disfrutando cada nuevo centímetro que iba bajando, que se iba comiendo mi culo. Haciéndome desear a mi misma y a mi macho. Así estuvimos un ratito disfrutando del momento y los deseos, hasta que él no aguantó más, me tomó de la cintura y me la clavo completamente. Apenas me dolió, pero entre la excitación y la lubricación que tenía su pijota se abrió camino suave e implacablemente hasta el fondo. Así me deje caer hacia adelante, entregada,  mirando a mi macho a los ojos, fijamente, y luego entrecerrándolos para besarnos suave, de a piquitos y chupones mientras el mete saca empezaba a funcionar como un reloj ...
    ... suizo.Me tomo y giró nuestros cuerpos para quedar sobre mí en la forma de misionero que tanto me gusta. Me siento una nena, con las piernas abiertas y entregada a mi macho, por eso me encanta. Mi cuerpo siente esa posición como la más femenina posible. Allí ensartada como una perra, dispuesta y a punto de ser preñada por mi hombre, en sus brazos, derretida en sus besos y sometida completamente a su vaivén, a su mete saca implacable. No podía sentirme más plena ni más hembra. Esto sí que era el paraíso, la expresión máxima del placer. Sentía ese pedazo de carne hermoso abriéndome y llenándome una y otra vez, bombeando mi ano, estirándolo, relajándolo, jugando con él a su antojo. Así estuvo un buen rato hasta que sentí la tensión maravillosa de su cuerpo que señalaba que venía la explosión, me abrazó fuerte y me la metió bien hasta el fondo descargándose plenamente en mí, llenando mis entrañas de su especie. Estaba muy excitado porque sentí un torrente enorme de leche caliente que me llenaba completamente. Le devolví el abrazo con mis brazos y piernas apretándolo fuertemente. Abotonada a él, lo sostuve fuerte, no quería que salga nunca de mi interior, quería extender ese momento único para siempre. Así estuvo hasta que empezó a perder dureza, un buen rato después y decidió dejarse caer hacia un lado, saliendo de mi interior. Presioné mi esfínter lo máximo que pude hasta ponerme boca arriba con la cola en pompa, quería perder la menor cantidad de leche posible. Rápidamente tomé el ...