1. Mi exhuberante y caliente suegra.


    Fecha: 27/06/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedé un tanto descolocado pero no dije nada. Petri nos explicó que el cadaver de Fermín, así se llamaba el difunto, estaba en el tanatorio y que al día siguiente lo enterraban.
    
    Así siguió la conversación, sobre todo entre madre e hija. Nos tenía las manos cogidas sobre su regazo lo que me permitía rozar su entrepierna por encima de la fina bata que llevaba. Esto unido a la observacion detenida que hice de ella me llevo a excitarme de nuevo. Y estaba justificado. La mujer estaba soberbia, más buena, si cabe que hace 15 años, estaba más fondona, con más tetas y culo y, sobre todo, con un rostro tremendamente excitante pese a ir sin maquillar y presentar ciertas arrugas en la proximidad de labios y ojos, pero esto le añadía más atractivo y morbo. Por tanto mi calentura iba en aumento. Por esto y por la mancha en el pantalón me excuse diciendo que me iba a dormir ya que estaba cansado por el viaje y, además, así podrían hablar madre e hija. Lo aceptaron, Marta se quedó en el sofá y Petri me indico que la siguiera a la habitación que ya había preparado para mi esposa y para mí. Caminar detrás de mi suegra me permitió contemplar la maravilla de su culazo, que se marcaba, junto con sus reducidas bragas, en la fina tela de su bata. Al llegar a la habitación encendió la luz y me hizo pasar. Cuando entré note que su mirada se iba sin disimulo a mi entrepierna que seguía abultada y yo clave mis ojos, también sin disimulo, en el escote algo abierto de su bata que permitía ver el ...
    ... canalillo de sus teta y una parte considerable de las mismas. Ella se dio cuenta y con cierta coquetería fue a cerrar algo el escote pero sin demasiada prisa. Sonriendo, a mi parecer, con algo de picardía, me deseo buenas noches y cerró la puerta.
    
    Yo tras quitarme la ropa y depositar la manchada por mi eyaculación en una bolsa fui al baño, me duché y regresé al cuarto en donde me metí en la cama y me volví a masturbar salvajemente pensando en las tetas y el culo de mi suegra. Poco después me dormí y ya no escuche a Marta cuando llego a acostarse en la cama.
    
    A la mañana siguiente cuando me levanté encontré a mi mujer y a mi suegra arregladas para el esntiero. Mi suegra era un cañón de mujer con su luto, sus medias de costura, su collar de perlas pero sobre todo con su culazo y sus tetas. Tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no mirarla e impedir así una nueva eyaculación.
    
    Marchamos al cementerio y se llevó a cabo el entierro, con muypocos asistentes al mismo, nosotros y poca gente más. De vuelta en casa, mi mujer insistió a su madre para que viniera definitivamente a vivir con nosotros pero Petri alegó que debía arreglar distintos documentos pero que pasados unos días iría gustosa a vivir a nuetra casa. Marta lo entendió pero le hizo saber a su madre que ella no podía faltar al trabajo más tiempo y que se veía obligada a regresar a nuestra casa pero como no quería dejarla sola me preguntó a mí:
    
    Marta insistió. Por fin accedí, demostrando cierto reparo, aunque en el ...
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