1. Eva y su familia


    Fecha: 09/06/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... volví a bajarlas haciendo el suficiente ruido como para que Antonio se apercibiera de mi presencia. Cuando volví a llegar abajo Antonio ya había guardado su polla en el pantalón y simulaba que acababa de entrar.
    
    -Hola Ivan, tú por aquí ... ¿estudiando con Eva?. ¡Ya estoy aquí niñas! – Gritó nerviosamente.
    
    -Sí, estudiando. Pero ya hemos acabado por hoy.- Respondí. Ambos evitábamos mirar hacia la piscina, la situación era un poco tensa. Entre tanto Sara entró en casa con carita de inocencia y su permanente sonrisa. Se había puesto el sujetador de su bikini.
    
    -Hola papi. – Saludó a su padre mientras le daba un beso en la mejilla. -¿A fumar un cigarro? – me preguntó a mí.
    
    -No, ya me iba .- Le contenté tímidamente. A lo que ella reacción acercándose a mí para darme un par de besos como despedida. En el segundo, como siempre, parte de nuestras bocas coincidieron.
    
    Me fui de su casa a intentar digerir las experiencias de aquella tarde.
    
    Eva y la piscina
    
    No voy a negar que lo primero que hice al llegar a casa fue hacerme una paja tremenda recordando la imagen de Sara masturbándose en la piscina. Tampoco negaré que tuve que repetir para poder apartarla de mi mente temporalmente. Después volvió Eva a ocuparla. La llamé y no quiso ponerse. Volví a intentarlo a la noche. Al día siguiente por fin se puso, pero fue para decirme que no fuera aquella tarde, tampoco el resto de la semana. Me pareció una reacción desmesurada. Al fin y al cabo sólo había sido una pequeña ...
    ... discusión.
    
    Hacía una semana del incidente cuando fue Eva quien me llamó pidiéndome que fuera a estudiar con ella aquella tarde. La conversación telefónica fue corta y su tono amable.
    
    Mientras caminaba hacia su casa iba pensando la manera de iniciar nuestra conversación. Si debía empezar disculpándome. Si debía ignorar lo ocurrido. Si debía mostrarme enfadado yo. En realidad todo iba a depender en gran medida de cómo me recibiera ella. Llegué a su casa. Llamé a la puerta y esperé. Fue la propia Eva quien abrió.
    
    Me saludó y me invitó a pasar. Pero tuvo que insistir, porque me quedé embelesado mirándola. Estaba diferente, estaba guapísima. Estaba discretamente maquillada, con el pelo perfectamente alisado cayendo sobre sus hombros. Llevaba un vertido azul muy corto de tirantes. Estaba morena, su piel brillaba. Eva no solía cuidar su imagen, pero allí estaba, radiante, con una preciosa sonrisa insistiendo para que entrara. Le saludé e intenté iniciar una conversación con alguna de las frases en la que había pensado durante el camino. Pero fue inútil, mi mente estaba demasiado sorprendida para ello, así que dije algunas palabras, no coherentes del todo, que sonaron a disculpa. Ella me sonrió y me tranquilizó:
    
    - No te preocupes, tonto. Aquello ya está olvidado. – Me dijo sin perder la sonrisa.
    
    -Si, pero ... ¿por qué no contestabas a mis llamadas? – Pregunté yo..
    
    -No es que no quisiera, es que he estado muy ocupada estos días. Me he puesto en manos de Kristy, y cuidarse ...
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