1. Eva y su familia


    Fecha: 09/06/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... erección, el cigarro se había consumido solo. En ese momento oí la voz de Eva que me llamaba desde la ventana de su habitación. Dediqué una última mirada a la belleza de Sara, que me sonrió guiñándome un ojo, y me adentré en la casa.
    
    Papá y su hija
    
    Al llegar a la habitación Eva me recibió con cara de enfado. En un primer momento no me hizo ningún reproche. Pero tras un par de comentarios sobre lo buena que estaba su hermanita, Eva se giró hacia mí levantando la voz:
    
    -¿Quieres dejar de hablar de esa puta?. Estoy intentando estudiar ... parece que nunca hayas visto unas tetas... – Me recriminó.
    
    -¿Qué tiene de malo?. No estoy diciendo nada que no sea verdad. Si está buena, está buena, y yo no le puedo hacer nada. No entiendo por qué tienes que ponerte así. – Me defendí.
    
    -Todos los hombres sois iguales, sólo pensáis con el capullo. Basta que una calientapollas como Sara os lance en anzuelo para que vayáis todos corriendo a picar.- Volvió a decir con cierto desprecio.
    
    -Sigo sin entenderlo.- Contesté – Sara es una chica joven y bonita. Tiene un cuerpazo impresionante y los usa en su beneficio. No hace daño a nadie. Y si consigue que los tío piquen y se la follen y disfruta de ello, pues hace bien. No como otras, que no se porqué coño no se deciden a lanzar el anzuelo y están desperdiciando la juventud.
    
    -Vete a la mierda, déjame en paz.- Dijo. Se giró hacia la mesa y me dio la espalda. Salí de su habitación sin decir nada más. Antes de cerrar la puerta pude ...
    ... escuchar un sollozo. No pude evitar sentirme fatal mientras bajaba lentamente las escaleras.
    
    La conciencia me pedía que volviera a disculparme, y estuve a punto de hacerlo, pero algo me lo impidió cuando estaba a punto de llegar a la planta de abajo: Antonio había llegado del trabajo y por lo visto no era consciente de mi presencia. Estaba mirando a escondidas por la ventana del salón hacia la piscina. Miraba a Sara, supuse. Bajé silenciosamente un par de escalones mas hasta tener una perspectiva que también me permitiera verla a través de los cristales. Comprendí entonces por qué Antonio estaba espiando a su hija. Sara seguía en topless en la tumbona, pero lo mejor es que estaba acariciando su coñito con la mano derecha debajo de su tanga. Mi polla respondió rápidamente a la imagen volviendo a ponerse dura. Estaba a punto de volver arriba de nuevo para buscar un baño donde hacerme una paja cuando vi como Antonio bajaba la cremallera de su pantalón, sacaba su polla y empezaba a meneársela.
    
    Aquello me conmocionó. Un montón de pensamientos pasaron por mi mente de forma inmediata. Primero sentí desprecio por Antonio, estaba masturbándose espiando a su hija; pero luego pensé en que yo estaba a punto de hacer lo mismo, aunque no era mi hija. Por otra parte no era su verdadera hija. Me planteé si haría lo mismo con Eva. Este último pensamiento me llevó de nuevo a la imagen de Eva llorando en su escritorio, lo que volvió a hacerme sentir mal. Subí discretamente la escaleras y ...
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