1. La tentación se llama Pam


    Fecha: 09/06/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Javítelaví, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba rondando la idea de tener una relación lésbica con Silvia, pero eso ya es otra historia. Me gusta el morbo, simplemente eso. No pretendo que los dos se separen, sólo que disfruten de lo que no conocen.
    
    Bueno, el verano pasado llegó mi oportunidad: me enteré de que se iban a Castellón y yo iba a veranear por allí. No se lo dije, sólo les comenté que me apetecería pasarme por allí. Ellos me invitaron amablemente a su apartamento. No les confirmé si iría o no, pero ya tenía claro que sí que iría. Silvia trabaja en una revista y yo conozco a su jefa, me debe un favor y conseguí que el miércoles la hiciera venir a Madrid para hacer un artículo importante. Sólo estaría la tarde del miércoles y volvería el jueves. Antes de que mi amiga la hiciera esa llamada, yo me presenté el martes. Pasamos juntos el día y me entristecí con ellos por la marcha de Silvia. Sobre todo, porque yo el jueves tenía que irme. Para que no se preocupara (aunque no lo iba a hacer), les dije que saldría por ahí, que había conocido un chico y estaría fuera. Cuando Silvia se fue le pregunté a Jorge si quería salir conmigo. Como supuse, me dijo que se quedaría en casa leyendo. Hacia las nueve me preparé para la "cita": un vestido malva de una pieza bien ceñida, me quedaba algo pequeño, pero me venía al pelo, lo había metido en la maleta a propósito y unos zapatos de tacón de aguja. Si me sentaba con él se me veían las nalgas y me dejaba la mitad de mis tetas fuera. Por supuesto, no llevaba sujetador y ...
    ... el tanga tenía pensado quitármelo cuando saliera. Le pregunté a Jorge qué tal estaba. No se atrevió a reprocharme nada y no quiso mirar más abajo de mis hombros. Me preguntó si quería que me llevara a algún sitio, pero le dije que me esperaban en el pub de la plaza y que luego nos iríamos por ahí.
    
    No me costó encontrar a alguien que me llevara al pueblo (no está demasiado lejos de la urbanización donde tenían el apartamento, pero hay que ir en coche). Bebí, provoqué, pero me marché sola y busqué una cabina. Ya antes, en unos aseos, había dejado el tanga. Me rasgué el vestido por abajo y rompí la cremallera trasera. Desordené mi cabello y estropeé el maquillaje. Rompí el tacón por la mitad de uno de mis zapatos y tiré el otro a la basura. Unas lágrimas de cocodrilo, unos dedos para irritarme un poco por encima la vagina, perfecto, ya podía llamar a Jorge. Ya era casi la una.
    
    Con la entonación más lastimera que supe fingir le dije que me habían intentado violar y que me había escapado y no sabía que hacer, que estaba en una cabina y que tenía mucho miedo. Si hubiera habido un jurado, el Óscar hubiera sido para mí. Jorge me dijo que me esperaba, que iba para allá con el coche a buscarme. Comprobé si mi vestido estaba apropiado y sí, si quitaba la mano de la parte de arriba se caía hasta el vientre. Remangué un poco más la parte de abajo para que me viera mi coñito depilado sólo con sentarme y esperé. No tardó en llegar Jorge.
    
    Me abracé a él y llorando le dije que nunca ...
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