Secreto de confesión
Fecha: 07/06/2021,
Categorías:
Confesiones
Autor: Nikaibz, Fuente: CuentoRelatos
... de las hermanas, lo toqué y era áspero, austero, me vería como una mojigata.
Guardé las pocas cosas que llevaba en mi maleta, un cepillo del pelo, el de dientes, la biblia, y mucha ropa interior. Tal vez sea demasiado sexy, pensé mirando uno de los tangas.
Cuando guardé todas mis cosas, me quité la ropa y me dispuse a ponerme el hábito, estaba en ropa interior cuando entró la madre Sofía.
- Hola Hermana, llamé, pero no me escuchó - dijo mirándome de arriba abajo.
- No la escuché madre, discúlpeme- dije tapándome como pude con el hábito.
Mi ropa interior era demasiado atrevida y me dio vergüenza que la madre Sofía me viera así, ella me miraba fijamente y cerró la puerta sin apartar sus ojos de mi cuerpo. Allí estaba de nuevo, el calor en mi entrepierna, la humedad y la necesidad de acabar con la hinchazón que se apretaba contra la tela de mi ropa interior.
- ¿Necesitas ayuda?- me dijo mientras se acercaba.
- Gra... Gracias madre- balbuceé mientras le daba la espalda.
Ay Dios...Ahora me verá el culo, pensé al darme cuenta que llevaba tanga.
- Sarah, cuando estemos solas, puedes llamarme Sofía, nada de madre, ¿o.k.?
- Sí madre, perdón Sofía- contesté dándome la vuelta y encontrándome con la mujer cara a cara.
Ella cogió el hábito y lo estiró sobre la cama, tomó la camisa blanca, abrió los botones y me ayudo a ponérmela, quedando yo, de espaldas de nuevo. Metí los brazos por las mangas y Sofía sacó mi pelo de dentro del cuello acariciando mi piel ...
... con sus dedos. Me estremecí sin poder evitarlo y mis pezones se endurecieron.
- Deja que lo haga yo- dijo Sofía dándome la vuelta delicadamente.
Agarró el cuello de la camisa acercándose un poco más a mí y sin dejar de mirarme a los ojos, comenzó a abrocharme los botones, desde el cuello, despacio, y creo que disfrutando del momento, siguió con su labor y al pasar por mis pechos rozó mis pezones intencionadamente, provocándome un placentero escalofrío, ella se dio cuenta, pero terminó de abotonar la camisa, sin dejar de mirarme directamente.
- ¿Estás asustada Sarah?- me preguntó con un tono de voz distinto al que escuché en su despacho.
- No. Solo un poco nerviosa- contesté.
Esta mujer me producía sensaciones que nunca había experimentado, pero me gustaba la sensación, me gustaba como me miraba y el roce de su piel contra la mía.
Sofía agarró el hábito, me hizo levantar las manos y me vistió, acariciando con sus manos mis costados. Me contraje de golpe. Y Sofía me miro asustada.
- ¿Estás bien?- me preguntó tragando saliva.
- Me hiciste cosquillas- dije sonrojándome.
Ella sonrió y acaricio mi mejilla, no pude reaccionar y acabe sonriendo.
- Ven, te ayudaré a ponerte el velo, ¿te recojes el pelo en una cola o un moño bajo?- me dijo.
Me recogí el pelo en una cola baja y me dispuse a ponerme el velo. Sofía se acercó a mí y me ayudó colocando dos horquillas para sujetar la tela en su sitio, se alejó dos pasos y me miró de arriba a abajo.
- Estás ...