1. Secreto de confesión


    Fecha: 07/06/2021, Categorías: Confesiones Autor: Nikaibz, Fuente: CuentoRelatos

    ... abría la puerta.
    
    Me miró con una sonrisa de superioridad, y se marchó.
    
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    Me miró con una sonrisa de superioridad, y se marchó.
    
    Me quedé en shock por unos segundos, esa mujer se me había insinuado, pensé en contárselo a alguien, tal vez a Sofía, o al padre Emilio cuando fuera a confesión.
    
    Dentro de mi celda me tranquilicé, me quite el hábito, y me puse el camisón que me habían proporcionado, era feísimo pero, ¿qué esperaba dentro de un convento?, me lavé los dientes y puse el despertador. Tenía que levantarme a las 5:30, a las 6:30 tenía Laudes y Maitines. Llamaron a la puerta, yo había cerrado con llave por miedo a la hermana Catalina, pregunté quien era.
    
    - Hermana, soy la madre Sofía.
    
    Respiré hondo y quité el pestillo dejándola entrar.
    
    - Hola Sarah, ¿qué tal tus primeras horas?- preguntó cerrando la puerta tras ella.
    
    - Bien, es todo un tanto diferente a lo que estoy acostumbrada.- dije sonriendo.
    
    - Poco a poco te harás al convento ya lo verás. Estás un poco pálida, ¿te encuentras bien?- me preguntó acercándose.
    
    - Sí, sí. No pasa nada- mentí.
    
    Ella se acercó mas y me acarició la mejilla.
    
    - Sarah, sabes que me puedes contar lo que sea, estoy aquí para eso y no saldrá de aquí.
    
    - Sofía, a veces pienso que tengo motivos equivocados por los que quiero ser monja- confesé sentándome en el camastro.
    
    - Todas hemos tenido algún motivo para querer ser monjas. Yo, por ejemplo, mis padres quisieron que me dedicara a ...
    ... esto, vieron algo en mí que no era precisamente una llamada espiritual, se asustaron y me metieron aquí, y me gustó, mira donde he llegado- me dijo sentándose a mi lado y tomando mi mano.
    
    No me asusté con su tacto, me confortó y sentí un cosquilleo en el estómago.
    
    - Yo... Quise ayudar a todo el mundo desde que era pequeña, y las monjas en mi pueblo ayudaban a todo el mundo por eso quería ser como ellas... Pero... -me quedé callada.
    
    - ¿Pero?- preguntó Sofía.
    
    - Cuando cumplí los dieciséis, me di cuenta que me gustaban las chicas, y siempre me han dicho que eso estaba mal y creí que aquí...- no pude seguir.
    
    Imaginaba la cara de Sofía, cara de asombro mezclada, con desprecio, su mano no se apartó de la mía, y sentí como con su mano libre cogía mi barbilla obligándome a enfrentar su mirada.
    
    - Sarah mírame- me dijo.
    
    Me volví asustada, pero me tranquilicé al ver su sonrisa sincera, seguía tocando mi mejilla y con su dedo pulgar retiró una lágrima que se había escapado sin permiso.
    
    -No es malo que te gusten las chicas, es algo natural. Aunque es cierto que la gran mayoría de religiosos lo ven como un sacrilegio, pero sabes eso es cosa tuya, solo una cosa... No lo digas muy alto por aquí, más de una de las hermanas pondría el grito en el cielo- Me explicó sonriendo.
    
    Sonreí aliviada.
    
    - ¿Quieres acompañarme a mi celda?, necesito quitarme el hábito y ponerme cómoda, si quieres seguir hablando, claro- me dijo.
    
    Yo accedí, me gustaba esa mujer, podía hablar con ...
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