1. Perversión de una embarazada fumadora


    Fecha: 06/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Lucyfer, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasar antes por su piso para cambiarse y a la gente le pareció bien, pues así aprovechaban las chicas para retocarse y tal. Yo, por supuesto, estuve entre los que se apuntaron, siguiendo a aquella fascinante fémina cual roedor o infante a inefable flautista de Hamelín. Así, tras despedirnos del resto, salimos para allá, dejando yo la moto aparcada junto al bar.
    
    Ya allí, otras personas se unieron al grupo, estás ya desconocidas para mí. Se sirvieron algunas copas de un par de botellas de whisky y ginebra que Miguel tenía en casa, retrasándose la salida entre risas y buen rollo. Al cabo de un rato, una muy densa nube de humo se había hecho dueña del salón de la vivienda, estancia en la que estábamos. Realmente llegué a sentirme agobiado por éste. Observaba a la morenaza. A ella parecía no afectarle. Seguía charlando, riendo y fumando con total naturalidad.
    
    -¿No hay demasiado humo para una embarazada?
    
    Se escucharon risas de algunos de los allí presentes, sin que yo por mi parte acabase de entender cuál era la gracia que encontraban en lo que había preguntado. Ella también encontró divertidas mis palabras.
    
    -A Miryam le encanta el humo del tabaco –me respondió Javi-. Lleva fumando desde que era una lolita.
    
    -Desde los trece años exactamente –apostilló ella con una sonrisa.
    
    -Antes consigues que Satanás se constipe en el Infierno, que ella deje de fumar.
    
    Como para sellar la afirmación de su novio, dio una profunda calada a su cigarrillo y, mirándome a los ojos, ...
    ... exhaló profundamente desde sus pulmones de fumadora empedernida lanzándome, cual dragón que escupe fuego por la boca, una lengua de humo a la cara que rodeó y sumergió ésta y mi cabeza entera en ella. Volvió a sonreír a continuación.
    
    ¡Aquella mujer era un demonio! Su gesto me enervó y puso a mil. Lo encontré supersexy y provocador. No obstante, conseguí –creo- que no se hiciera demasiado evidente mi excitación.
    
    -Relájate, cariño. El humo del tabaco es bueno.
    
    Se hicieron algunas rayas sobre la mesita baja que había en el salón. Me sorprendió ver que ella no se apuntaba a esnifar ninguna, pero evité hacer más preguntas. No quería llegar a resultar molesto. Y además las chicas entraban y salían constantemente del aseo entre sus retoques, con lo cual también existía la posibilidad de que se hubiera metido alguna en el aseo u otra habitación con alguien.
    
    Ella le ponía ojitos a otro chico del grupo. Un rubiales de ojos claros muy guaperas, más joven incluso que Javi, como de veintidós o veintitrés primaveras, no más). En la comparación con la edad de ella contextualizo ese “incluso”. No parecía el tipo de hombre en que una mujer de la de ella pudiera fijarse normalmente, pero era evidente que ésta lo hacía. Es decir, para quien se encontrase en situación de observar la escena con claridad. Para aquellas alturas, los procedentes del bar de Pedro, en su mayoría, llevaban ya varias copas encima y se mostraban algo achispados. Javi entre ellos. No se enteraba de nada. Ella ...
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